Autor: Mery
Pareja: HoSu
Género: Ciencia Ficción, Romance, Lemon
Extensión: Serial
Sinopsis: Junsu, un científico, crea un androide con la intención de convertirlo en humano. Usando su cuerpo y su experiencia, Junsu va enseñándole a su creación sobre el mundo y la humanidad pero la llegada de un viejo amigo rompe con la burbuja de ambos y un secreto es revelado...
*****
-POV Yunho-
Todavía recuerdo la primera vez que abrí los ojos y lo vi. No sabía dónde estaba pero al encontrarme con su mirada y esa expresión tan melancólica, supe que mi existencia estaría atada para siempre a esa persona.
**
Con visión borrosa abrí mis ojos, una fuerte luz golpeándome de frente.
"Hola...", dijo una melodiosa voz, una suave tonada que atrajo mi atención. Pestañeé reiteradas veces hasta aclarar mi visión. Una vez estabilizado me sorprendí al encontrarme a escasos centímetros con el rostro de un joven hombre. "Bienvenido Yunho. Soy Junsu". 'Junsu...' repetí en mi mente mientras lo observaba.
Todavía recuerdo la primera vez que abrí los ojos y lo vi. No sabía dónde estaba pero al encontrarme con su mirada y esa expresión tan melancólica, supe que mi existencia estaría atada para siempre a esa persona.
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Con visión borrosa abrí mis ojos, una fuerte luz golpeándome de frente.
"Hola...", dijo una melodiosa voz, una suave tonada que atrajo mi atención. Pestañeé reiteradas veces hasta aclarar mi visión. Una vez estabilizado me sorprendí al encontrarme a escasos centímetros con el rostro de un joven hombre. "Bienvenido Yunho. Soy Junsu". 'Junsu...' repetí en mi mente mientras lo observaba.
"Hola amo... ¿Yunho? ¿Ese es mi nombre?", pregunté inclinando ligeramente mi cabeza.
"Sí, ¿te gusta?", sonrió el joven.
"Sí, me gusta mucho...", dije sonriendo y con eso sus ojos se iluminaron.
"Estoy feliz Yunho", sus ojos nuevamente mostrándome un sentimiento que no logré leer. "Pero por favor, no me digas amo, dime Junsu, sólo Junsu"
"Junsu", pensé que ese nombre encajaba perfecto con él. "Am- ah.. Junsu, mi mano... ¿Por qué me cuesta mover mi mano?", él se me acercó y tomando mi mano empezó a estudiarla. Su toque era suave.
"Eso es porque aún eres nuevo y no la has ejercitado lo suficiente", no dice nada más y lo miro mientras él sigue revisando. "Intenta pararte", dice mirándome a los ojos y sin más me inclino hacia adelante y me pongo de pie. Soy más alto que él y mi contextura es más grande que su cuerpo. Al lado mio se ve frágil. Otra sonrisa de su parte y olvido mis pensamientos. "Ahora camina un poco, mueve tu cuerpo y experimenta con los movimientos", pestañeo reiteradas veces y solo hago lo que me dice. Al principio mis movimientos fueron un poco torpes pero luego pude estabilizarme y manejarme con soltura. Todo este tiempo él solo me observó desde su posición. "Dime Yunho, ¿sientes algo? ¿Sientes algún malestar?". No entendí mucho lo que quiso decir pero cuando quise decirle, un ruido fuerte proveniente de mi estómago irrumpió el silencio. Él se rió y llevó una de sus manos hasta su boca para tapar su sonrisa, yo no entendía nada. "Es tu estómago, significa que tienes hambre. Ven". Tomó mi mano y me sacó de la habitación.
Su piel irradiaba calor y me sentí reconfortante con el toque. Subimos unas escaleras y tras un pasillo entramos a otra habitación. "Esta es la cocina. Siéntate, te haré algo de comer", dijo mientras me sentaba en un taburete y lo observaba moverse entre los cajones. Sacó un delantal de color claro y se lo colocó sobre su bata, su esbelta figura delineándose con la nueva prenda.
Algo dentro de mi se movió mientras lo observaba, cerca de mi pecho, fuertes golpes agitaron mi respiración. Pero soy un robot, ¿qué significaba este constante palpitar? Sumido en mis pensamientos me encontraba cuando percibí un aroma suave que inundó mis sentidos y produjo que mi estómago volviera a gruñir.
"¡Ya está!", dijo sonriente mientras me acercaba un plato con algo humeante en él. "No es mucho pero saciará tu hambre". Miré lo que tenía delante mio y aunque algo me decía que eso era para mi cuerpo no estaba seguro de cómo introducirlo.
"¿Cómo...?"
"Oh.. Así mira", Junsu se acercó y parándose a la par mio me mostró la manera de comer. En un principio, se me dificultó un poco cuando quise tomar los palillos debido a que no había ejercito demasiado mis articulaciones pero luego de un poco de práctica pude manejarme solo y Junsu se sentó a mirarme mientras comía lo que me había preparado.
"¿Puedo hacer una pregunta?", dije mientras succionaba los fideos.
"Adelante"
"¿Cómo es que puedo...comer si soy un robot?"
"Mm... Verás... No eres un robot en sí...", se quedó callado un momento tomando el borde de su delantal y empezando a jugar con él mientras parecía ordenar sus ideas. "Es decir, no eres un robot ordinario... Eres... un androide"
"Androide"
"Sí, eres un... un humanoide. Si bien no eres un humano de nacimiento, cuentas con la apariencia de uno... y... a diferencia de un robot común que está fabricado con circuitos electrónicos tú posees órganos artificiales... mecanismos que te permiten lidiar y asimilar con experiencias que cualquiera humano afrontaría"
"Pero no soy un humano"
"¿Qué es ser un humano? ¿Es tener un cuerpo, sentir y experimentar? ¿Si yo te toco... qué sientes?", mientras decía eso una de sus manos subió hasta posarse sobre mi mejilla izquierda y me quedé perplejo mirándolo a los ojos. "¿Qué sientes Yunho?"
"Siento... calor y un cosquilleo en la zona que tu mano toca mi piel". También mi pecho late más aprisa, eso no se lo dije.
"Eso es lo importante", dijo sonriéndome. "Con el tiempo irás aprendiendo a reconocer lo que tu cuerpo siente. Yo te voy a ayudar"
"¿Por qué me creaste?"
"No hay un por qué... o quizás hay muchas respuestas". No volví a preguntar. "Ven, te enseñaré la casa". Guiado por Junsu, recorrimos cada espacio de la modesta casa en la que habitaba y la que según parece sería también mi hogar. Una de las habitaciones, era una surtida biblioteca llena de libros de muchas temáticas, un aroma que luego él me explicara como cuero, inundaba el lugar. Junsu me dijo que tenía libre acceso a ella y que en aquellos libros podía encontrar muchas de las respuestas a mis incontables preguntas. Me alegré por eso.
Sentados en el living mientras el sol que traspasaba el ventanal nos iluminaba y la cálida brisa de la tarde nos envolvía con sus pequeños y suaves remolinos, sin darnos cuenta, pasamos mucho tiempo conversando y me encontré memorizando cada una de sus expresiones. Como sus ojos en forma de gotas que se achicaban cada vez que sonreía, sus labios regordetes de color cereza quienes formaban una linda curva cada vez que hablaba y esa sonrisa suya, tal peculiar que se alzaba en una tonada un tanto aguda pero que no dejaba de ser encantadora. Pasamos así mucho tiempo hasta que noté que la habitación se había oscurecido y con eso sentí un fuerte dolor bajo el estómago que desde hace unos minutos me estaba molestando.
"Junsu, ¿por qué...? Me duele, ¿por qué me duele?", dije mientras tocaba con mis manos la zona dolorida.
"¿Te duele? ¿Dónde te duele?", dijo inclinándose hacia mi dirección y mirándome con preocupación.
"Aquí", dije y le mostré el lugar. Su reacción no fue lo que esperaba pues se echó a reír otra vez con esa sonrisa suya tan fuerte.
"Dios Yunho, esa es tu vejiga. Significa que tu cuerpo necesita ir al baño", me dijo gracioso.
"¿Eh?", yo me lo quedé mirando mientras me agarraba ahí abajo y sentía como si en cualquier momento fuera a explotar.
Él tomó mi mano y me dirigió hacia un cuarto no muy grande con instrumentos que no sabía para qué serían pero era algo que le preguntaría luego. Me arrastró hasta dejarme parado frente a una clase de mueble blanco y noté un ligero sonrojo antes de que empezara a hablar.
"Bien. Estamos en el baño, esto es un inodoro", dijo señalando a la cosa blanca. "Ahora deberás abrir el cierre de tu pantalón, no es necesario que te bajes el pantalón por completo". Estaba desesperado pero hice lo que me indicó. "Ahora mete tu mano dentro de tu ropa interior y saca tu pene".
"¡¿Eh?!", dije sorprendido.
"Eso que tienes ahí, dios Yunho, yo no lo voy a tocar", sus mejillas aún más rojas que antes. Mis ojos bajaron hacia esa zona y metí mi mano sacando una larga extremidad que era la causante de mi dolor. "Tómala con ambas manos y apunta hacia el inodoro. Procura apuntar adentro". Hice lo que me dijo y luego mi mirada fue de '¿Y ahora qué?', él pareció notarlo. "Hombre, sólo larga lo que estás reteniendo", y dicho eso un líquido amarillo empezó a salir de esa extremidad. Mi cuerpo se sintió mucho mejor después de eso. "Bien, ahora mételo de nuevo, sube el cierre de tu pantalón y ven a lavarte las manos". Giró unas manijas y de ella salió un líquido que llamó agua, luego pasó contra mis manos una cosa dura y resbalosa que olía bien y que en contacto con el agua empezó a formar burbujas. Mientras él me limpiaba y me hablaba sobre lo que se hacía en esa habitación mis ojos nunca dejaron su rostro. Mi mente llenándose de más y más preguntas. "Cielos, no me quiero ni imaginar cuando quieras hacer del dos", no entendí lo que quiso decir.
Cuanto más tarde se hacía, mi estómago empezó a molestar otra vez. Junsu me dijo que él también tenía hambre así que volvió a cocinar. Nuevamente lo preparado sació el vacío de mi organismo y seguimos platicando. Él enseñándome palabras y significados nuevos.
**
La oscuridad llegó sin darme cuenta y Junsu encendió lo que llamó lámparas. De pronto mi cuerpo se sintió extraño, con falto de energía. Él me explicó que debido a que mi cuerpo había gastado energía, naturalmente me cansaría y necesitaría dormir. Dormir, según me explicó, era cuando el cuerpo caía en un estado de sueño y por un cierto lapso mis funciones iban a ceder al descanso.
Tomando mi mano nuevamente me condujo hasta la parte superior de la casa hasta adentrarnos a una habitación.
"Esta será tu habitación, la mía está al frente de esta. Lo que tienes que hacer ahora es cambiar tu ropa a la que te compré, con ella podrás dormir más cómodamente", y dicho eso me entregó unas prendas.
"¿Cómo se ponen?", pregunté.
"Eeeh...", nuevamente sus mejillas se sonrojaron y empezó a gustarme esa reacción. "Primero sácate la camisa", sus dedos fueron hasta la prenda que vestía en la parte superior de mi cuerpo y empezó a quitármela. "Ahora los pantalones", sus manos quitaron la prenda mientras temblaban ligeramente. Sus ojos siempre esquivando los míos. "¡Ah, no puedo! Termina tú, cualquier cosa otro día te explico. Estoy muy cansado y supongo que tú también lo debes estar. Mañana será un día muy interesante para los dos y debemos descansar bien", giró su cuerpo y llegó casi corriendo hasta la salida, pero cuando su mano tocó la puerta se detuvo un momento. Dando vuelta su cuerpo, finalmente me miró a los ojos. "Buenas noches Yunho, nos vemos mañana", y con eso desapareció detrás de la puerta.
"Buenas... noches...", un suspiro salió de mis labios mientras miraba las prendas que había estado apretando inconscientemente entre mis dedos. "¿Y ahora qué hago con esto?"
**
Mery: Debo aclarar que Yunho sabe algunas cosas pero no todas, puede que algunas cositas sencillas no sepa como algunos nombres... pero eso con el tiempo y la ayuda de Junsu lo irá aprendiendo ^^
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"Estoy feliz Yunho", sus ojos nuevamente mostrándome un sentimiento que no logré leer. "Pero por favor, no me digas amo, dime Junsu, sólo Junsu"
"Junsu", pensé que ese nombre encajaba perfecto con él. "Am- ah.. Junsu, mi mano... ¿Por qué me cuesta mover mi mano?", él se me acercó y tomando mi mano empezó a estudiarla. Su toque era suave.
"Eso es porque aún eres nuevo y no la has ejercitado lo suficiente", no dice nada más y lo miro mientras él sigue revisando. "Intenta pararte", dice mirándome a los ojos y sin más me inclino hacia adelante y me pongo de pie. Soy más alto que él y mi contextura es más grande que su cuerpo. Al lado mio se ve frágil. Otra sonrisa de su parte y olvido mis pensamientos. "Ahora camina un poco, mueve tu cuerpo y experimenta con los movimientos", pestañeo reiteradas veces y solo hago lo que me dice. Al principio mis movimientos fueron un poco torpes pero luego pude estabilizarme y manejarme con soltura. Todo este tiempo él solo me observó desde su posición. "Dime Yunho, ¿sientes algo? ¿Sientes algún malestar?". No entendí mucho lo que quiso decir pero cuando quise decirle, un ruido fuerte proveniente de mi estómago irrumpió el silencio. Él se rió y llevó una de sus manos hasta su boca para tapar su sonrisa, yo no entendía nada. "Es tu estómago, significa que tienes hambre. Ven". Tomó mi mano y me sacó de la habitación.
Su piel irradiaba calor y me sentí reconfortante con el toque. Subimos unas escaleras y tras un pasillo entramos a otra habitación. "Esta es la cocina. Siéntate, te haré algo de comer", dijo mientras me sentaba en un taburete y lo observaba moverse entre los cajones. Sacó un delantal de color claro y se lo colocó sobre su bata, su esbelta figura delineándose con la nueva prenda.
Algo dentro de mi se movió mientras lo observaba, cerca de mi pecho, fuertes golpes agitaron mi respiración. Pero soy un robot, ¿qué significaba este constante palpitar? Sumido en mis pensamientos me encontraba cuando percibí un aroma suave que inundó mis sentidos y produjo que mi estómago volviera a gruñir.
"¡Ya está!", dijo sonriente mientras me acercaba un plato con algo humeante en él. "No es mucho pero saciará tu hambre". Miré lo que tenía delante mio y aunque algo me decía que eso era para mi cuerpo no estaba seguro de cómo introducirlo.
"¿Cómo...?"
"Oh.. Así mira", Junsu se acercó y parándose a la par mio me mostró la manera de comer. En un principio, se me dificultó un poco cuando quise tomar los palillos debido a que no había ejercito demasiado mis articulaciones pero luego de un poco de práctica pude manejarme solo y Junsu se sentó a mirarme mientras comía lo que me había preparado.
"¿Puedo hacer una pregunta?", dije mientras succionaba los fideos.
"Adelante"
"¿Cómo es que puedo...comer si soy un robot?"
"Mm... Verás... No eres un robot en sí...", se quedó callado un momento tomando el borde de su delantal y empezando a jugar con él mientras parecía ordenar sus ideas. "Es decir, no eres un robot ordinario... Eres... un androide"
"Androide"
"Sí, eres un... un humanoide. Si bien no eres un humano de nacimiento, cuentas con la apariencia de uno... y... a diferencia de un robot común que está fabricado con circuitos electrónicos tú posees órganos artificiales... mecanismos que te permiten lidiar y asimilar con experiencias que cualquiera humano afrontaría"
"Pero no soy un humano"
"¿Qué es ser un humano? ¿Es tener un cuerpo, sentir y experimentar? ¿Si yo te toco... qué sientes?", mientras decía eso una de sus manos subió hasta posarse sobre mi mejilla izquierda y me quedé perplejo mirándolo a los ojos. "¿Qué sientes Yunho?"
"Siento... calor y un cosquilleo en la zona que tu mano toca mi piel". También mi pecho late más aprisa, eso no se lo dije.
"Eso es lo importante", dijo sonriéndome. "Con el tiempo irás aprendiendo a reconocer lo que tu cuerpo siente. Yo te voy a ayudar"
"¿Por qué me creaste?"
"No hay un por qué... o quizás hay muchas respuestas". No volví a preguntar. "Ven, te enseñaré la casa". Guiado por Junsu, recorrimos cada espacio de la modesta casa en la que habitaba y la que según parece sería también mi hogar. Una de las habitaciones, era una surtida biblioteca llena de libros de muchas temáticas, un aroma que luego él me explicara como cuero, inundaba el lugar. Junsu me dijo que tenía libre acceso a ella y que en aquellos libros podía encontrar muchas de las respuestas a mis incontables preguntas. Me alegré por eso.
Sentados en el living mientras el sol que traspasaba el ventanal nos iluminaba y la cálida brisa de la tarde nos envolvía con sus pequeños y suaves remolinos, sin darnos cuenta, pasamos mucho tiempo conversando y me encontré memorizando cada una de sus expresiones. Como sus ojos en forma de gotas que se achicaban cada vez que sonreía, sus labios regordetes de color cereza quienes formaban una linda curva cada vez que hablaba y esa sonrisa suya, tal peculiar que se alzaba en una tonada un tanto aguda pero que no dejaba de ser encantadora. Pasamos así mucho tiempo hasta que noté que la habitación se había oscurecido y con eso sentí un fuerte dolor bajo el estómago que desde hace unos minutos me estaba molestando.
"Junsu, ¿por qué...? Me duele, ¿por qué me duele?", dije mientras tocaba con mis manos la zona dolorida.
"¿Te duele? ¿Dónde te duele?", dijo inclinándose hacia mi dirección y mirándome con preocupación.
"Aquí", dije y le mostré el lugar. Su reacción no fue lo que esperaba pues se echó a reír otra vez con esa sonrisa suya tan fuerte.
"Dios Yunho, esa es tu vejiga. Significa que tu cuerpo necesita ir al baño", me dijo gracioso.
"¿Eh?", yo me lo quedé mirando mientras me agarraba ahí abajo y sentía como si en cualquier momento fuera a explotar.
Él tomó mi mano y me dirigió hacia un cuarto no muy grande con instrumentos que no sabía para qué serían pero era algo que le preguntaría luego. Me arrastró hasta dejarme parado frente a una clase de mueble blanco y noté un ligero sonrojo antes de que empezara a hablar.
"Bien. Estamos en el baño, esto es un inodoro", dijo señalando a la cosa blanca. "Ahora deberás abrir el cierre de tu pantalón, no es necesario que te bajes el pantalón por completo". Estaba desesperado pero hice lo que me indicó. "Ahora mete tu mano dentro de tu ropa interior y saca tu pene".
"¡¿Eh?!", dije sorprendido.
"Eso que tienes ahí, dios Yunho, yo no lo voy a tocar", sus mejillas aún más rojas que antes. Mis ojos bajaron hacia esa zona y metí mi mano sacando una larga extremidad que era la causante de mi dolor. "Tómala con ambas manos y apunta hacia el inodoro. Procura apuntar adentro". Hice lo que me dijo y luego mi mirada fue de '¿Y ahora qué?', él pareció notarlo. "Hombre, sólo larga lo que estás reteniendo", y dicho eso un líquido amarillo empezó a salir de esa extremidad. Mi cuerpo se sintió mucho mejor después de eso. "Bien, ahora mételo de nuevo, sube el cierre de tu pantalón y ven a lavarte las manos". Giró unas manijas y de ella salió un líquido que llamó agua, luego pasó contra mis manos una cosa dura y resbalosa que olía bien y que en contacto con el agua empezó a formar burbujas. Mientras él me limpiaba y me hablaba sobre lo que se hacía en esa habitación mis ojos nunca dejaron su rostro. Mi mente llenándose de más y más preguntas. "Cielos, no me quiero ni imaginar cuando quieras hacer del dos", no entendí lo que quiso decir.
Cuanto más tarde se hacía, mi estómago empezó a molestar otra vez. Junsu me dijo que él también tenía hambre así que volvió a cocinar. Nuevamente lo preparado sació el vacío de mi organismo y seguimos platicando. Él enseñándome palabras y significados nuevos.
**
La oscuridad llegó sin darme cuenta y Junsu encendió lo que llamó lámparas. De pronto mi cuerpo se sintió extraño, con falto de energía. Él me explicó que debido a que mi cuerpo había gastado energía, naturalmente me cansaría y necesitaría dormir. Dormir, según me explicó, era cuando el cuerpo caía en un estado de sueño y por un cierto lapso mis funciones iban a ceder al descanso.
Tomando mi mano nuevamente me condujo hasta la parte superior de la casa hasta adentrarnos a una habitación.
"Esta será tu habitación, la mía está al frente de esta. Lo que tienes que hacer ahora es cambiar tu ropa a la que te compré, con ella podrás dormir más cómodamente", y dicho eso me entregó unas prendas.
"¿Cómo se ponen?", pregunté.
"Eeeh...", nuevamente sus mejillas se sonrojaron y empezó a gustarme esa reacción. "Primero sácate la camisa", sus dedos fueron hasta la prenda que vestía en la parte superior de mi cuerpo y empezó a quitármela. "Ahora los pantalones", sus manos quitaron la prenda mientras temblaban ligeramente. Sus ojos siempre esquivando los míos. "¡Ah, no puedo! Termina tú, cualquier cosa otro día te explico. Estoy muy cansado y supongo que tú también lo debes estar. Mañana será un día muy interesante para los dos y debemos descansar bien", giró su cuerpo y llegó casi corriendo hasta la salida, pero cuando su mano tocó la puerta se detuvo un momento. Dando vuelta su cuerpo, finalmente me miró a los ojos. "Buenas noches Yunho, nos vemos mañana", y con eso desapareció detrás de la puerta.
"Buenas... noches...", un suspiro salió de mis labios mientras miraba las prendas que había estado apretando inconscientemente entre mis dedos. "¿Y ahora qué hago con esto?"
**
Mery: Debo aclarar que Yunho sabe algunas cosas pero no todas, puede que algunas cositas sencillas no sepa como algunos nombres... pero eso con el tiempo y la ayuda de Junsu lo irá aprendiendo ^^
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omg lo ame, pobre yunho que tiene que aprender de junsu jajajajjaja, y junsu que se averguenza son un amor, ya quiero contiiiii, lo ame
ResponderEliminargracias por poner el primer capo de este fic, figthing para que tu musa no escape, en cambio la mia para seguir mi fic se ha iido bien lejos jajajja
grax por el capo, te adoro ^^
Me alegra leer eso :D Tengo que seguir escribiendo ><
EliminarOye, leí algunos fics de tu blog pero no puedo dejar mi comentario ;_; lo intentaré con otro servidor .-.
mas mas mas quiero que junsu le enseñe algunas coasa a yunho jejeej que tienen mucho que ver con sacarse la ropa jajaja
ResponderEliminarme gusto mucho mery espero la conti pronto
Creo que mi probre Yunho es un inútil, a ver si lo avivo un poco hahaha
EliminarEstá muy interesante ya me tarda el siguiente capítulo xDD q la musa te inspireeeeeeee!!!!!!!!
ResponderEliminarSiiiii musa ven a miiiiiiii *prende velas*
EliminarMe gusto mucho este primer capo, se ve que será un fic entre tierno y comico debido a las multiples preguntas que hara Yunho xDD.
ResponderEliminarMusaaa de Meryy no la abandones ehhh!!!!
Gracias por el capo linda!!!!
Daré mi mejor esfuerzo, un serial es un gran desafío para mi ><
Eliminarkyaaaaaaaaaaaaaaaaa me encanto hehe aparte de que me encanta el HoSu ame como va el fico jaja Yunho y sus preguntas jaja pero mas risa Junsu y sus sonrojos hehe espero pronto la continuación n.n
ResponderEliminarya quiero leer mas !!!
Gracias por leer y trataré de actualizar este fic pronto ^^
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