¡Welcome to Hosu Shipper Blog!

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En la sección [Fanfiction] arreglé la mayoría, pero aún me faltan estos:

Beautiful Dirty Rich
Cuando el Sakura Florezca
Fairies and What!?!
Love is a Force of Nature
Lust Caution
Scut Hamsters
The Reunion
The Year Without Santa

Los fics están, sólo que les costará ubicarlos.

26 ene 2014

[ADAPTACIÓN] NO TE PREOCUPES MAMÁ [CAP1]

Título: No Te Preocupes Mamá
Título Original: Don’t Worry Mama
Autora Original: Konohara Narise
Adaptación por: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Serial
Declaración: La trama no me pertenece.
Sinopsis: Si estuvieras varado en una isla desierta y pudieras elegir a la persona que te hiciera compañía, ¿a quién elegirías? Hubiera preferido ahorcar a Junsu con sus propias manos antes de seguir escuchando sus insistentes quejas pero cuando los días se convirtieron en semanas, Yunho se encontró anhelando la compañía de Junsu más que a la misma civilización.

¿Podrán ambos encontrar un amor prohibido en esta isla tropical? O, ¿podrán Yunho y Junsu vivir sus vidas en esta isla desierta con la persona que menos toleran en este mundo?
*****

Capítulo 1

Aunque el clima era agradable las olas se agitaban contra el bote de pesca, el cual se sacudía salvajemente. Dentro de la pequeña cabina, Jung Yunho forzó una sonrisa y respondió, —Así es —, al hombre barbudo mientras sostenía su mochila fuertemente contra su regazo.

—Las compañías farmacéuticas están pasando por malos momentos. Debe ser especialmente difícil para alguien tan joven como tú.

El hombre con barba quien dijo que trabajaba en un instituto de ornitología aparentaba estar en sus cincuentas. Se sentó con los brazos cruzados y su expresión cambió un poco mientras hablaba. Dijo que no era su primer viaje a la isla, y parecía que estaba acostumbrado a viajar en botes. Quizás por eso parecía imperturbable a las sacudidas. Su acompañante, un hombre cercano a los cuarenta quien usaba un impermeable, tampoco parecía mostrar signos de mareo.

Yunho no había experimentado mareos en el mar con anterioridad, y aunque el malestar que sentía no fuera suficiente para hacerlo vomitar, ciertamente no se sentía bien. Le ayudaba hablar.

—La recesión nos ha lastimado porque somos una compañía pequeña y no tenemos tanto presupuesto para el desarrollo de productos. Aún así, la administración siempre nos presiona para aparecer con algo nuevo para vender. Es más de lo que podemos hacer.

El de barba asintió sonriendo mientras frotaba su barbilla.

—¿Por qué vas a la isla Fuchi?, — preguntó el hombre que llevaba el impermeable.

—Para buscar hiervas que ayuden a las personas a bajar de peso cuando las preparen como un té. Normalmente son nativas de México y son difíciles de cultivar. Se dice que el ambiente en Asia no es el ideal para cultivarlas, pero escuchamos reportes de que están creciendo en la isla Fuchi, aquí en Japón. No sé si estén ahí o no… o si sea verdad pero si es así las encontraré, las llevaré de regreso a Corea e intentaremos cultivarlas. Si tengo éxito, podremos fabricar productos dietéticos…

—¡Jung!

La voz que gritó cortó el ambiente de la cabina. Yunho se dio la vuelta y vio a su jefe, Kim Junsu parado en la entrada. Junsu había estado vomitando en cubierta desde el instante en que habían dejado el puerto y el bote comenzó a sacudirse.

—Ese es un secreto de la compañía. No deberías estar hablando de eso con gente que apenas acabas de conocer. Es increíble… ¿Cómo puedes ser tan descuidado?

Junsu era tan gordo que el cinturón en sus pantalones lucía como si fuera a romperse en cualquier momento. Aún pálido debido al mareo, miró a Yunho. “Gordo”, es un adjetivo común, pero la palabra era muy amable para Junsu. Era tan obeso que se parecía a un sapo globo. Además, era bajo (no llegaba al metro ochenta). Yunho medía uno ochenta y cuatro por lo que Junsu apenas le llegaba a la barbilla cuando se encontraban uno al lado del otro.

Los regaños oscurecieron la atmósfera en la cabina. Incluso los hombres del instituto de ornitología desviaron la mirada deseando estar en otro lugar.

Tal vez había sido un poco descuidado hablar acerca del desarrollo de los productos de la compañía pero no parecía que los otros hombres trabajasen para los competidores. Yunho no pudo hacer nada más que desear que su jefe fuera un poco más diplomático al elegir sus palabras.

—Lo siento. Pero son ornitólogos…

—¿Me estás replicando?

El exceso de peso hacía que su rostro se viera enorme, así que todas las partes se concentraban en un pequeño espacio en el centro. Sus gritos salían de unos labios tan rojos que no se podía hacer otra cosa más que mirarlos. Yunho se dio cuenta que Junsu no iba a detenerse solo porque los ornitólogos estuvieran presentes, por lo que se disculpó nuevamente. Junsu dejó escapar unos resoplidos parecidos a los de un cerdo como si estuviera satisfecho, entonces caminó unos pasos y se desplomó junto al hombre más joven. Entre el banco angosto y sentirse empujado por el hombre gordo, Yunho comenzó a sentir claustrofobia. Fue más difícil de soportar cuando percibió las miradas de lástima que venían de los ornitólogos.

Junsu continuó gruñendo incluso estando ya sentado y el sonido irritó aún más a Yunho. Ya era Mayo y aún no hacía calor, pero grandes gotas de sudor se formaban constantemente en las cejas de Junsu y se escurrían por sus mejillas. Las limpió con sus dedos gordos y cortos, los cuales parecían pequeñas orugas rosas.

El cuello de Junsu parecía una serie de pasteles de arroz apilados, con una papada que era cuádruple. La parte inferior de su camisa apenas ocultaba su vientre, la tela se estiraba tanto como una salchicha pasada de cocción. No se podía negar que Junsu era obeso. Nadie en la compañía era lo suficientemente valiente como para preguntarle su peso, pero durante los exámenes físicos de la compañía en el pasado Abril, alguien espió en el expediente de Junsu. Fue todo un tumulto cuando todos escucharon que su peso era de 132 kilos. —¿90?, o más de 200 kilos… —, era el refrán común. Yunho siempre había creído que había más en las personas aparte de su apariencia, pero cuando la personalidad era tan mala como la apariencia, no había ayuda posible. Además, era demasiado amable decir que Junsu era bueno en su trabajo.

Yunho acababa de cumplir 25 años y Junsu era cinco años mayor que él. Tenía un puesto de jefatura gracias a un sistema que recompensaba los años de servicio más que las habilidades, ya que él era lento y cometía muchos errores. Yunho podría olvidar los errores si al menos los corrigiese e hiciera las cosas bien, pero eso era mucho pedir. Junsu no tenía deseos, en lo absoluto, de trabajar. Sólo hacia lo que tenía que hacer. Ya que Yunho y sus colegas tenían que arreglar todos los errores que cometía Junsu, su reputación estaba por debajo de lo que se merecía. Cuando Yunho iba a tomar unas copas con sus compañeros del trabajo, la conversación inevitablemente se desenvolvía alrededor de las quejas acerca de Junsu. Podían seguir con ese tema de conversación así durante toda la noche.

—Apuesto lo que quieran a que es un niño de mamá. Lo he escuchado hablar todo ridículo por su teléfono móvil, diciendo, “¿A qué hora llegas a casa mamá?”, ¡Era tan desagradable!, se me puso la piel de gallina—, todas esas historias eran comunes.

—Cuando va al baño, hasta se sienta para orinar, es porque su pene es demasiado pequeño. Lo vi una vez, lo juro, no creo que mida ni siquiera una pulgada de largo—, todo el bar rió al escuchar eso.

Yunho nunca había escuchado decir nada bueno acerca de Junsu. Estaba tan frustrado como todos los demás pero mientras escuchaba sus críticas jamás participaba. No le gustaba quejarse de los demás, y no le divertía burlarse de otros. Ya que nunca hacía gestos cuando se le daban órdenes, y siempre hacia lo que tenía que hacer, Junsu había comenzado a llamarlo a él exclusivamente en el trabajo. Junsu había podido llevar a cabo ese viaje por su propia cuenta y Yunho no podía más que sentir que había sido arrastrado a la fuerza, inútilmente y contra su voluntad. Parte del problema de Yunho era su actitud de “presidente de la clase”. Siempre había sido un estudiante serio y era elegido presidente de la clase desde sus estudios elementales hasta la secundaria. Le gustaba ser líder y dar directivas a los demás y no le importaba hacer trabajos que otros odiaran. Tampoco molestaba a los otros. Tenía alto sentido de la justicia y no importaba cuánto le disgustara una persona o no se llevasen bien, siempre hacia lo posible por encontrar lo bueno en ellas.

Esos hábitos de la infancia lo siguieron hasta su adultez  y mientras se escondía bajo su exterior impenetrable, era muy conocido en el ambiente laboral como “una persona de carácter”. No importaba lo injustas de las acciones de Junsu, las suavizaba diciendo “él es el jefe”. Pero eso significaba que aquellos por encima de él asumían que podían hacerlo a un lado y se encontró siendo la victima de sus propias acciones. Se enojó, pero nunca dijo nada y eso sólo comenzó el problema. Intentaba no mostrar sus emociones, pero en realidad siempre había sido impaciente y verbalmente abusivo. Aquellos que vieron su verdadero interior, especialmente su hermano menor Yoochun, estaban asombrados de que pudiera controlarse lo suficiente como para poder manejarse adecuadamente en sociedad. Pero, ¿qué sabían ellos?

El bote se sacudió fuertemente. Junsu dejó escapar un quejido, cubriéndose la boca y corriendo hacia la cubierta. Cuando se fue, la claustrofobia física y mental de Yunho desapareció y una sensación de relajación regresó a la habitación. Yunho miro a los otros dos hombres como disculpándose por su jefe y movió la cabeza ligeramente.

La isla Fuchi tenía apenas de 10 kilómetros de longitud de norte a sur, de punta a punta y era de forma oval. Aunque era pequeña tenía un muelle y solía albergar los hogares de una docena de personas. Cuando la corriente cambiaba, levantando la orden que prohibía la pesca, los residentes gradualmente se mudaban. El hecho de que solo pudieran llegar a ella por medio de un viaje en bote de dos horas, significaba que la emigración sería permanente y ahora era una isla desierta. Las rápidas corrientes llevaban una espesa neblina a la isla haciendo muy peligroso el cruce hacia ella. Los botes de pesca solo podían acercarse en las tardes cuando el tiempo era bueno.

Dejaron Hamamatsu a las siete de la mañana y llegaron al muelle a las 9:15 de la mañana. Los dos ornitólogos habían ido a investigar gaviotas que solo se encontraban en esa región. Después de intercambiar frases corteses con Yunho y Junsu en el muelle, se fueron a ocupar de su propio trabajo.

Y por lo que respecta a Yunho y Junsu… no estaban haciendo ningún avance en lo absoluto. Yunho poco a poco encontró cuál era el problema. Mientras Junsu pisaba el muelle, dejó escapar una carga más de vómito. Yunho esperó a que terminara y luego se acercó al gran hombre notando que cada vez que éste se encorvaba para vomitar, su camisa de un azul oscuro parecía que fuera a romperse a lo largo de toda su espalda.

—¿Está bien?

—¿Me veo como si estuviese bien?

Entendía por qué Junsu estaba de mal humor, pero Yunho aún no apreciaba su actitud. Aunque por dentro maldecía al hombre gordo, su expresión no mostraba nada.

—El bote nos recogerá aquí a las 4:00 de la tarde. Nos deja tiempo para comer y descansar, solo tenemos unas seis horas.

Junsu permanecía inclinado sobre el muelle y vomitó una vez más en el agua. Miró como si pidiera clemencia.

—¿Tenemos que tomar un bote de regreso?

—Me temo que sí.

Levantando nuevamente la cabeza con esfuerzo. Junsu miró a Yunho con unos ojos rojos que parecían de perrito, tan hinchados como si la piel a su alrededor fuera a explotar.

—No entiendes el dolor que estoy sintiendo.

Sumado a todas las cosas malas que había hecho, su conducta con los ornitólogos era inexcusable. La poca lástima que Yunho tenía por el mareo de Junsu se desvaneció. Si era tan susceptible al mareo, lo menos que podía hacer era traer consigo medicina para ayudar a aliviar sus molestias. Por todos los cielos, ¡trabajaba para una compañía farmacéutica!, pero era eso lo que hacía de Junsu el hombre que era. Aunque pensaba que no había manera de que pudiese simpatizar con un hombre así, Yunho pretendió estar preocupado mientras hablaba.

—Lo siento, nunca me he sentido enfermo por los mareos.

Convencido por lo dicho, el humor de Junsu mejoró. Yunho desvió su mirada de ese simple hombre hacia su reloj. Podía leer que eran las 9:30. Quería irse de inmediato pero su compañero era incapaz de proceder, así que intento ser paciente. De acuerdo al mapa, las hierbas se encontraban en la punta sur de la isla, la cual se encontraba a 3 kilómetros de allí, a pie. Aún así no había garantía de que pudieran encontrarlas en esa dirección. Si no lo hacían, tendrían que buscarlas en otro lugar.

Esa era una de las razones por las que había estado hablando con los ornitólogos. Ellos decían que su lugar de búsqueda se ubicaba en la parte norte de la isla, lo que era perfecto. Si podía ganar su interés y darles una muestra de las hierbas, tal vez podrían echar un vistazo y hacerles saber durante el viaje de regreso en bote, si han visto alguna de ellas. No había manera de que él pudiera cubrir toda la isla en un día, así que planeaba utilizar todos los recursos disponibles que tuviera. Junsu echó por tierra este plan pero Yunho debió haber sabido eso antes de contar su idea. El tiempo se perdía mientras continuaban parados en el muelle. Yunho esperó bajo el caliente sol hasta que el hombre redondo se levantó. A pesar de eso, Junsu no dio signos de estar listo para moverse. Para las 10:00, Yunho no podía permanecer allí por más tiempo.

—Parece que ya se siente mejor. Prosigamos. El viento está fresco y el paisaje es bonito. Hará más fácil la caminata.

Pensó que había escogido sus palabras cuidadosamente pero la mirada de Junsu le dijo a Yunho que había dicho algo malo.

—Estamos trabajando. No vinimos a disfrutar del paisaje mientras caminamos.

En su interior, Yunho estaba explotando con un enojo que no había sentido en mucho tiempo pero su rostro mostraba solo una leve curvatura en los labios. La expresión duró solo una fracción de segundo. Yunho sólo tenía pensamientos oscuros y perversos acerca de Junsu aunque los escondía detrás de una plácida sonrisa. El momento duró lo que tarda una nube en cruzar el sol.

Si no lograban encontrar las hierbas ese día, su viaje no valdría la pena. Yunho sabía que el Jefe de Sección no estaría contento de escuchar algo así. Si Junsu decía que un día no era suficiente para la búsqueda, los forzarían a ir nuevamente. Sin embargo, las finanzas de la compañía eran tan malas que no sabía si podrían afrontar un viaje nuevamente o si el proyecto completo de la píldora dietética seria cancelado. Junsu era el líder del proyecto. Era quien estaría en problemas si no podían encontrar nada. Yunho no era más que un asistente. Aunque no tenía duda de que Junsu le echaría la culpa del infructuoso viaje. Ya podía verlo... Yunho dejó escapar un breve suspiro.

—He vomitado tanto que podría deshidratarme si camino bajo este calor. ¿No puedes verlo?

No había nada que Yunho pudiera decir para calmarlo.

—Entonces… ¿Por qué no espera aquí? Yo buscaré en la parte sur de la isla. Pienso que no podré regresar para medio día, así que me llevaré mi almuerzo. Si se empieza a sentir mejor, ¿por qué no busca por allí?

—Como sea.

Junsu le arrojó el mapa a Yunho como si estuviera esperando que hubiese dicho eso desde el principio y ya estaba comenzando a cansarse de esperar. Se recostó bajo una sombra. El sudor le cubría la colorada frente y los terribles rollos de su estómago eran desagradables. Yunho recogió su mochila con un pequeño recipiente y bolsas de muestras y le dio la espalda al tormento de su existencia. Caminó rápidamente por el camino sin pavimentar como si el irse de allí y poner distancia entre él y el hombre gordo le diera bienestar a su cuerpo y mente.

El sol se puso lentamente y el caluroso día se convirtió en una tarde húmeda. Yunho llegó al muelle y sintió su sudorosa frente algo pegajosa, goteando, debido a un arduo día de trabajo. Eran solo 15 minutos después de la hora en la que acordaron que serían recogidos para el regreso, las 4:00 de la tarde, pero aunque se pusiera bizco al mirar hacia el agua, no podía ver ningún bote.

—¿Dónde está nuestro bote…?

—¿No puedes ver que no está aquí?

Junsu miró también a través del agua pero sus palabras eran agudas. Yunho se crispaba cada vez que Junsu hablaba pero hizo su mayor esfuerzo para esconder su enojo.

—Me pregunto si tuvieron algún problema. Por otro lado, es raro que los ornitólogos no estén aquí. Estaba seguro que el bote que vi justo antes de las cuatro era el nuestro.

—Pero ni siquiera se acercó.

¿Por qué el bote no entró al puerto? Si el bote que vio antes era el suyo, Yunho se preguntaba por qué se había ido sin haberlos recogido.

—Dudo que hayan recogido a los otros y nos hayan dejado.

—¡Esto es todo tu culpa! —, de la nada Junsu explotó— ¡Fuiste tú quien arregló que los botes de pesca nos transportaran! Esto pasó por contratar a alguien en quien no se puede confiar. Incluso si costase más, debiste haber contratado un barco. No se hubiera movido tanto y yo no me habría enfermado así.

No había manera de que la compañía le hubiera permitido contratar un barco para ese tipo de viaje. Junsu debía saber eso pero estaba comenzando a ser irracional. Continuaba quejándose mientras Yunho buscaba su teléfono celular y el cuaderno de notas en su mochila.

—¿No te enseñaron tus padres a escuchar cuando alguien te habla?

Ignoró la histeria de Junsu y llamó desde su móvil al gremio de pescadores que los había ayudado a contactar con los dueños de los botes pesqueros. La mujer en la oficina dijo que mandaría un mensaje por radio al bote que se suponía iría a recogerlos y le devolvería la llamada más tarde para darle novedades. Yunho se aseguró de que anotara su número antes de colgar y se dirigió al hombre gordo que se encontraba detrás.

—Van a contactar a nuestro bote por nosotros.

—Debiste haberlos llamado antes. ¿Qué estuviste haciendo hasta ahora?

Sabiendo que sólo conseguiría enojarse más si contestaba, Yunho lo dejó hablar y se sentó. Sosteniendo su teléfono celular en su mano derecha, esperó a que la mujer del gremio le regresara su llamada pero después de diez minutos nada sucedió. Miró su teléfono celular y abrió la boca asombrado. No había imagen, presionó el botón de encendido pero nada sucedió… la batería se había agotado. Volteó a ver a su jefe alarmado.

—¿Trajo su teléfono celular?

—Por supuesto que sí.

En la rostro de Junsu permanecía su ceño fruncido mientras hablaba.

—¿Puede prestármelo, por favor?

—Usa el tuyo.

Junsu ni siquiera lo miró mientras hablaba y Yunho no pudo esconder por más tiempo su descontento.

—La batería se agotó. Lo siento.

—Es increíble…

Junsu refunfuñó mientras buscaba dentro de su bolsa pero no importaba cuánto buscara su teléfono celular nunca apareció.

Comenzó a murmurar —Qué extraño, ¿cómo puede ser esto?

—¿Lo olvidó? — Yunho se debatía entre gritarle al hombre o entregarse al pánico que la situación comenzaba a causarle.

La cara de Junsu se puso roja a causa de la ira.

—¡Cállate, estoy buscando!

Pero aún volviendo a revisar no encontraba el teléfono celular.

—Estoy seguro que lo puse en mi bolsa esta mañana.

Su voz comenzó a perder seguridad. Atascados sin ningún teléfono celular funcionando. La realidad de la situación se le vino encima a Yunho cuando la fría brisa del mar interrumpió sus pensamientos. Volteando, observó que el sol ya casi había desaparecido bajo el horizonte, comenzando a arrastrarlos a la espesa oscuridad como si una manta los cubriera. Pensaba que era difícil poder ver debido a su ansiedad pero ahora notaba que una espesa neblina comenzaba a aparecer en el muelle. Si no tenían forma de contactar a alguien, no había nada que pudieran hacer. No había ningún faro en la desierta isla, así que no había forma de que un bote pudiera intentar acercarse al puerto en la oscuridad y más aún entre la neblina.

—Alcancé a hablar con el gremio de pescadores y ya debieron haberle dicho a nuestro bote que se olvidaron de recogernos. Aún así, no creo que el bote venga con esta neblina. Dejemos esto por hoy y busquemos un lugar para dormir —,Yunho sonaba más valiente de lo que se sentía. Parecía la decisión correcta para esa circunstancia pero la respuesta de Junsu fue tan rápida como el disparo de un arma.

—Todo es tu culpa. ¿Estás diciendo que esperas que duerma a la intemperie? No hay forma de que haga eso. ¿Y qué vamos a hacer con la cena? No puedo dormir si tengo hambre.

Esa no era la respuesta de un adulto. Tampoco Yunho estaba loco por dormir a la intemperie pero no iba a ponerse a llorar por eso. Miró al casi cerdo de su jefe y no pudo creer lo egoísta que era. Solo podía pensar que era un estúpido.

—Pero no podemos quedarnos aquí  —, dijo con poco entusiasmo.

Junsu pareció notar la actitud en la voz de Yunho y casi escupió su respuesta.

—¡No tienes idea de la gravedad de la situación! ¡Hasta te pusiste a decirles secretos de la compañía a esos dos hombres que acababas de conocer! —, sus gritos lastimaban los oídos de Yunho.

— Sr. Kim, ¿puede bajar el volumen de su voz?

Pero estaba demasiado alterado para escuchar a Yunho. Continuó hablando violentamente.

—Nunca me has agradado. Todos dicen que eres bueno en tu trabajo pero nunca estuve de acuerdo. Engañas a la gente con tu exterior cool pero eres irresponsable.

Los pensamientos de Yunho se volvieron oscuros.  <<No eres quién para hablarme así>>, pensó <<Otras personas en la compañía no esconden su desprecio hacia ti. Sólo me escogiste, al que aparentemente te cae mal, para este viaje debido a que soy el único que no te hace caras cuando le das una orden para hacer algo>>. Pero no dijo nada en voz alta.

El cuerpo de Yunho comenzó a temblar. Quería, más que nada, gritarle “Cerdo”, pero apretó sus puños para evitarlo. Su porcino superior continúo mirándolo alegremente inconsciente del peligro.

—No puedo creer que alguien como tú consiguiera una promoción siendo un perrito faldero con los otros. Farmacéutica Beonyeong no tiene futuro por culpa de trabajadores como tú.

Yunho escuchó que algo se rompía en su cabeza.

—¿Puede simplemente callarse? —, se acercó murmurando esto. La cara de Junsu se volvió más roja, roja por la ira. Yunho rápidamente se inclinó en señal de disculpa, reconociendo la mala forma en la que le había hablado a su jefe—. Por favor perdone, es solo que estoy al límite. Uhm… Hay casas al este. ¿Por qué no vamos por ese camino? Seguramente no estarán en buenas condiciones pero al menos nos protegerán de la intemperie.

Junsu se levantó en silencio sosteniendo su mochila contra su pecho. Le dio la espalda a Yunho y se dirigieron hacia las casas. Yunho se echó la mochila al hombro y siguió la enorme espalda imaginando que perseguía a un jabalí. Quería que su relación laboral fuera buena por eso había dado lo mejor para llevarse bien con Junsu. Todo ese esfuerzo no había servido para nada. Estaba triste de no haber sido capaz de dejar salir su lado abusivo ante Junsu en esta oportunidad pero una vez descubierto esto, no había peligro de que comenzara a disgustarle con lo cual las cosas parecían ir un poco más fáciles. De hecho, era probablemente mejor no ser apreciado y estaba un poco enojado de haberse aguantado esta situación por tanto tiempo.

**

Yishiwara Tae, la secretaria en la oficina del gremio de pescadores que había recibido la llamada de la compañía farmacéutica, llamó a Fujiwara-maru. El capitán de Fujiwara-maru era un pescador que ya estaba en sus setentas llamado Genzo. Genzo contestó inmediatamente que había recogido a dos hombres y que ahora se estaba dirigiendo hacia el puerto. Tae bajó el receptor confundida. El hombre de la farmacéutica dijo que el bote no había ido a buscarlos pero Genzo dijo que ya los habían recogido. Era extraño pero Genzo era un hombre honesto y no había razón para no creerle. Habrá llegado un momento después de la llamada telefónica, razonó.

Aunque se convenció de que ese sería el caso, decidió cerciorarse. Marcó el número de teléfono del hombre pero no se pudo concretar la llamada. Quizás había apagado el aparato. Tae bajó el receptor y arrojó el papel con el número del hombre a la basura.

Tae simplemente no sabía que el bote que los llevó a la isla y el bote que se había planeado para que los trajera de regreso, eran diferentes. Genzo solo supuso que había recogido a los hombres de los cuales les estaban preguntando. El pescador que los llevó a la isla le dijo a Genzo que había llevado “dos grupos con dos hombres cada uno” a la isla, pero Genzo, que ya estaba medio sordo, escuchó “un grupo de dos hombres”. Mientras se acercaba a la punta norte de la isla, encontró a los dos ornitólogos y ellos abordaron ahí. Nunca fue al puerto. Uno de los ornitólogos pensó que era extraño y preguntó por qué no se había recogido a los otros hombres de la compañía farmacéutica coreana, pero Genzo estaba convencido que solo debía recoger a “un grupo de dos hombres” y respondió que todos los que se suponía debían estar a bordo ya lo estaban. El ornitólogo no pensó que los otros estuvieran preparados para pasar la noche ahí pero el pescador parecía seguro de la información ante lo cual el científico no insistió más sobre el asunto. La única persona que sabía que había dos hombres atrapados en la isla era una simple trabajadora administrativa llamada Tae.


**
Nota 1: Realmente me enamoré de esta novela y en cuanto la leí no podía más que imaginar a Yunho y Junsu como los protagonistas. Esta novela tiene su secuela titulada: "El Hombre Que NO Se Quita La Ropa" (con otros protagonistas) que está siendo adaptada por Rose en versión JaeMin. Yunho vuelve a parecer pero Junsu apenas es nombrado. La recomiendo :D

Nota 2: Sé que quieren matar a Junsu XD Pero lo que tiene esta novela es que los personajes van evolucionando en carácter y vale la pena seguir leyendo, créanme. Gradualmente las cosas irán poniéndose cada vez mejor ;D


5 comentarios:

  1. Ayyyyy meryyyyyyy ya lo has publicado kiaaaa quiero masssss porfiiii no tardes demasiado jaja dios pobre junsu! Esta rechonchete y tiene mala leche xD pobrete ya me tarda leer mas mas mas!! Graciassss

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  2. Me capturó desde el inicio!!!!!! jajajaja cuando se dijo que junsu no entraba en sus pantalones crei que era por su duck but XDDD nome lo imagino un cerdo!!! pobre yunhie~ soportándolo.... ya veremos como avanzan esos dos!!! espero el siguiente cap ^^

    Betsy >u<

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    1. Es raro imaginarlo es verdad XDDD Ya subo el siguiente ;)

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  3. que interesante esta , junsu obeso y yunho sumiso ¡¡¡¡ gracias

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