¡Welcome to Hosu Shipper Blog!

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En la sección [Fanfiction] arreglé la mayoría, pero aún me faltan estos:

Beautiful Dirty Rich
Cuando el Sakura Florezca
Fairies and What!?!
Love is a Force of Nature
Lust Caution
Scut Hamsters
The Reunion
The Year Without Santa

Los fics están, sólo que les costará ubicarlos.

28 ene 2014

[ADAPTACIÓN] NO TE PREOCUPES MAMÁ [CAP2]

Título: No Te Preocupes Mamá
Título Original: Don’t Worry Mama
Autora Original: Konohara Narise
Adaptación por: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Serial
Declaración: La trama no me pertenece.
Sinopsis: Si estuvieras varado en una isla desierta y pudieras elegir a la persona que te hiciera compañía, ¿a quién elegirías? Hubiera preferido ahorcar a Junsu con sus propias manos antes de seguir escuchando sus insistentes quejas pero cuando los días se convirtieron en semanas, Yunho se encontró anhelando la compañía de Junsu más que a la misma civilización.

¿Podrán ambos encontrar un amor prohibido en esta isla tropical? O, ¿podrán Yunho y Junsu vivir sus vidas en esta isla desierta con la persona que menos toleran en este mundo?
*****

Capítulo 2

Las casas abandonadas estaban llenas de polvo y telarañas. Las cortinas estaban rasgadas y el cristal de las ventanas estaba estrellado. Yunho no se hubiera sorprendido si salieran fantasmas de los armarios. Pero solo era por una noche, así que se convenció de que era mejor que dormir a la intemperie. Encontró unas cuantas sábanas y futones en un armario, no sabía cuánto tiempo habían estado ahí pero estaba seguro que debían estar infestadas de ácaros. Aún así no quería dormir directamente sobre el piso. Después de pensar en la situación sacó un futón y lo extendió sobre el piso.

—¿Quiere uno? El piso está realmente sucio.

Junsu resopló sus palabras en la oscuridad —. No tienes idea de quien los ha usado, ¿cómo puedes pensar en dormir en ellos?

Yunho se lamentó de haber preguntado. Sacando un solo futón, lo puso sobre el piso y se recostó. Tenía hambre pero estaba tan cansado de la caminata por la isla que estaba seguro que podría dormir. Bostezando continuamente, se preguntó cómo fue que terminó en esa situación con alguien tan repugnante. No había querido venir. Si se hubiera empeñado en su deseo de no ir, no habría tenido que tratar con Junsu más de lo necesario y no estaría enojado ahora.

—Jung, ¿siempre intentas todo para complacer a las personas?

Había perdido la cuenta de cuántas veces su amigo Ji Hoon, el dueño del bar gay había dicho eso. Ji Hoon era un hombre atlético con un cuerpo esculpido pero hablaba con voz afeminada.

<< Aun así, eres el hombre más gay entre los gays. Eres amable y piensas en tu pareja, y aunque eres lindo, no eres perfecto. Eres alto, delgado y bien parecido y si no te gustaran los jovencitos, te tomaría para mí. No tengo idea qué es lo que te gusta de esos miembros sin vello>>. Su amigo sonrió mientras decía eso, pero Yunho no caería en la atracción de Ji Hoon. Jamás podría estar con alguien que no fuera limpio y sin vello; sin importar lo sexy, bien parecido o buen amante que fuera.

Yunho descubrió que era gay en la escuela primaria. Ya desde el preescolar sólo se sentía atraído por otros chicos y siempre pensó que era extraño que su amor platónico fuera Hongji, otro niño en su clase. Su curiosidad alcanzó su punto máximo en la escuela primaria cuando comenzó a tener sueños húmedos en los que se encontraban otros chicos. Aprendió a través de una revista que un compañero llevó a la clase, que había otros como él y se dio cuenta que él era “gay”. Parecía antinatural y durante sus años de escuela trató de esconder esto para evitar ser despreciado. Incluso se forzó a tener citas con chicas pero esas relaciones nunca duraban. Entonces su lívido reprimido explotó hacia la superficie en la primavera de sus veintidós años mientas buscaba un trabajo después de terminar la escuela. Cuándo el estrés lo llevo a un punto de quiebre, fue a la parte de la ciudad con “aquella clase” de establecimientos y se fue directamente a un hotel con el primer hombre que vio. Hizo gritar a ese hombre repetidamente y se fue a la mañana siguiente. Había sido la primera noche que había permanecido fuera y aún estaba lleno de lujuria. Mientras se sentaba a la mesa con su familia a desayunar declaró, “soy gay”. Todos se rieron como si estuviera bromeando pero al ver la expresión del hijo mayor, descubrieron que estaba hablando seriamente. Yunho se puso de pie y se arrodilló frente a sus padres.

—Por favor, abandonen toda esperanza de que me case y les de nietos, pero les aseguro que haré todo para ser el mejor hijo. A cambio… —, Yunho agarró a su hermano menor Yoochun del cuello de su camisa, quien tenía veinte años en ese momento y dijo—. Haré de mi misión el asegurarme que la línea de los Jung viva a través de él. Lo prometo.

Y tal como Yunho lo planeó, su hermano se casó con una mujer a quién él mismo le había presentado el verano pasado. Hasta tuvieron hijos como si estuvieran forzados. Cumplió la promesa a sus padres y pensó que ahora podía seguir el camino hacia su propia felicidad. El problema era, que ahora no podía encontrar al hombre correcto. No es que no hubiera hombres que trataran de obtener su atención pero cuando encontraba uno que le gustaba, nunca duraba mucho. Ji Hoon se quejaba de que era por ser demasiado quisquilloso.

<<La belleza y la juventud no duran para siempre, ¿sabes? Incluso el más bello joven algún día perderá su atractivo. Quizás debas intentar con alguien de tu edad. Si quieres, puedo presentarte a alguien. Hay muchos hombres que vienen al bar y se sienten atraídos hacia ti>>, le había dicho una vez.

Pero Yunho no tenía intenciones de cambiar sus gustos en hombres. Nunca lo diría por miedo o por quedar en ridículo pero fantaseaba con muchachos jóvenes, para moldearlos a su gusto. Pero eso demandaba tiempo y dinero. No era realista pero uno siempre podía soñar. Yunho mantenía su búsqueda de un hermoso chico con piel blanca mientras satisfacía su lujuria con quien fuera más conveniente en ese momento.

Recordó que se suponía iría al bar de Ji Hoon cuando regresara esa misma noche. A Ji Hoon le gustaban los condones que se hacían en la empresa de Yunho y le había prometido llevar algunos a su amigo. En el fondo de su mochila se encontraba una caja de condones “Como una Virgen”, que eran los nuevos condones de su compañía, con el maldito peor nombre que pudieran tener al igual que el resto de la línea. Mientras Yunho se sentaba sobre el futón creció su hambre, no pudo más que pensar que debía haber empacado algunos suplementos alimenticios o algo más que le ayudara a calmar su estómago. Se quedó ahí en silencio por una hora pero empezó a oscurecer temprano y no podía dormir. Escuchando un ruido, se levantó para encontrar a Junsu agachado en cuatro patas en uno de los rincones de la habitación. Justo cuando Yunho se preguntaba qué estaría haciendo, éste rápidamente abrió las puertas del armario y sacó un futón. Aunque insistió en que no necesitaba uno, debió haber encontrado difícil dormir sobre el suelo.

<<Te lo ofrecí pero me escupiste en la cara idiota>>, pensó Yunho.

El pensamiento malicioso mejoró su estado de ánimo y cuándo estaba a punto de quedarse dormido, escuchó un crujido. El sonido estaba acompañado de un dulce olor a chocolate. << No puede ser>>, pensó y era difícil de ver pero podía escuchar el sonido de alguien masticando y el olor se incrementó a la distancia. Junsu estaba comiendo algo. No podía ver claramente pero estaba seguro. <<Todo para él solo…>>. El momento en que Yunho descubrió esto lo puso muy triste. Junsu tenía comida consigo pero había esperado hasta creer que Yunho estaba dormido para sacarla. Sabía que Yunho no tenía nada para comer y que estaba hambriento y aún así no le ofreció nada. Y peor aún, Yunho no podía pedirle nada.

Era la comida de Junsu, estaba en su derecho el comerla sin compartirla. Pero no estaban bajo circunstancias normales. Cualquiera pensaría que Junsu tendría la voluntad de ayudar o pensar que fuera capaz de ofrecerle algo de su comida. Si fuera Yunho quien tuviera la comida le daría a Junsu un poco aunque lo odiase. Yunho no dejaría que estuviera con hambre. Estimulado por el olor, el estómago de Yunho gruñó llegando a su corazón, entonces su odio por Junsu creció.

**

Yunho se despertó con un escalofrío que lo hizo temblar y estornudó fuertemente. Aún estaba oscuro y su reloj afirmaba que eran las 6:00 de la mañana. Miró hacia el pálido cerdo cuyos ronquidos se asemejaban más a los sonidos de un sapo. Silenciosamente abrió la puerta que estaba entornada y salió. El aire estaba fresco como solo puede estar en las mañanas pero la densa niebla aún cubría el área, dando una espeluznante sensación. Algunos pájaros piaron pero no tenía idea de la dirección desde la cual se originaba el sonido.

Quería regresar al muelle pero no podía ver más allá de unos pocos pies delante de él y estaba preocupado de poder perderse. Decidió esperar hasta que la neblina bajara y se sentó en el hall de la entrada de la casa. Mientras se frotaba los ojos se dio cuenta de lo sucia que estaba su cara. Pensó en lavársela y hasta intentó abrir el grifo del jardín, pero ni una sola gota salió, con lo cual abandonó el plan. Una risa cargada con desesperación surgió desde su vientre.

Mientras se sentaba tranquilamente, le dieron ganas de orinar y cuando caminaba de regreso a la casa, encontró algo interesante. Era un viejo pozo. Quitó la tapa de plomo oxidado que lo cubría y espió en su interior pero estaba tan oscuro que no podía decir si había agua o no. Lanzó una pequeña piedra para probar y después de un segundo escuchó un tenue “plop”. Comenzó a buscar una cuerda y un cubo y encontró lo que necesitaba detrás de la casa. Apenas podía esconder su emoción mientras bajaba el cubo atado a la cuerda en el pozo. El agua era limpia y clara. Tomando un pequeño trago pudo saber que estaba libre de contaminación, clara e inodora. La bebió de un sorbo y utilizó la restante para lavarse la cara.

—Jung… Jung…

Escuchó que alguien lo estaba llamando por su nombre. La voz sonaba desesperada y, preguntándose si el bote habría venido, se apresuró en volver al frente de la casa. Ahí encontró a Junsu caminando en el jardín, tropezando mientras atravesaba el jardín y viéndose como que fuera a llorar. Cuando Junsu vio a Yunho, se llevó una mano al pecho respirando con alivio.

—Me asustaste, pensé que me habías dejado aquí solo.

<<No soy como tú. No habría hecho eso>>, pensó Yunho pero no se atrevió a decirlo en voz alta—. El frio me despertó y estaba caminando en los alrededores. Veo que se levantó temprano también.

Junsu resopló.

—No he comido desde ayer por la tarde. El hambre me despertó. Desearía tener uno de los muffins caseros de chocolate que hace mi mamá. Recuerda que todo esto es enteramente culpa tuya. Mamá debe estar preocupada. Cuando regresemos deberás disculparte con ella.

Mientras hablaba, Yunho descubrió pedacitos de chocolate alrededor de los labios de Junsu. No podía creer que le pudiera mentir tan abiertamente acerca de no haber comido desde la tarde del día anterior, pero lo dejó pasar.

—Hay un pozo allá atrás, ¿por qué no intenta lavarse la cara? El agua está bien y puede tomarla si quiere.

— ¿En serio? Bien. Tengo sed desde ayer.

<<Tienes sed porque has estado comiendo dulces>>, pensó Yunho mientras guiaba a Junsu al pozo y sacaba agua de él. Junsu se quejó de que no había tazas mientras bebía con las palmas, luego se lavó la cara.

—Sr. Kim…

Junsu limpiaba cuidadosamente su rostro con su pañuelo gigante como si fuera un gato.

—¿Qué pasa?

—El área alrededor de su boca estaba sucia pero parece que ya está limpia.

Los hombros de Junsu temblaron e hizo lo posible por evitar mirar a Yunho.

—¿De verdad? El futón estaba muy sucio.

Yunho se dio cuenta dolorosamente de que no podía esperar nada de su compañero. La neblina se estaba disipando y la visibilidad mejoraba. Estaba bastante claro que no había ningún bote en el muelle.

—He estado pensando. No sabemos cuándo podría venir el bote, ¿Por qué no tomamos turnos para vigilar?

Al momento de decir esto el rostro de Junsu mostró preocupación en su rostro.

—Me metiste en este desastre, ¿y ahora pretendes ponerme a trabajar?

—Apuesto a que tiene hambre. No sabemos cuándo aparecerá el bote, así que vamos a dejar que uno de nosotros vigile mientras que el otro busca comida. ¿Cuál de las dos cosas quiere hacer?

Deliberadamente enfatizo “apuesto que tiene hambre”. Yunho sabía que Junsu no se molestaría en buscar comida (había comido chocolate la noche anterior) y justo como había supuesto, Junsu eligió vigilar si venía algún bote.

Dejando su mochila en el muelle, Yunho comenzó su búsqueda. Esperaba que por lo menos una de las casas abandonadas tuviera comida enlatada pero sus esperanzas fueron devastadas después de verificar cada una. Lo que si encontró fue un frasco de conserva de ciruela debajo del lavabo de una de las casas pero al abrir la tapa lleno de alegría, se topó con una red de moho verde y blanco. Su búsqueda resultó infructuosa así que trató de calmar su estómago vacío con agua del pozo antes de dirigirse nuevamente al muelle. Cuando Junsu vio que regresó con las manos vacías no pudo ocultar su desagrado.

—¿Acaso no dijiste que irías a buscar comida?—, estas frías palabras no eran lo que Yunho esperaba recibir después de su infructuosa búsqueda.

—Lo lamento, busqué en varias de las casas abandonadas pero no encontré nada. Me haré cargo del puesto de observación.

—No iré a buscar nada—, Junsu volteó su rostro hacia el otro lado—. No tengo mucha hambre porque no me he movido mucho el día de hoy.

Yunho quería gritar, alzar la voz y decirle, <<Estuviste comiendo anoche. Además… ¡Tienes toda esa grasa acumulada!>> En su lugar únicamente cerró la boca y mordió su lengua —. Entonces, ¿le molesta si continúo buscando? Hay algunas casas un poco más lejos.

Junsu suspiró lleno de decepción.

—Si el bote llega mientras tú no estás, tendré que ir en tu búsqueda, no quiero hacer eso. Debería estar aquí pronto, ¿por qué no lo esperas aquí conmigo?

Yunho no discutió con él. Sostuvo su estómago ya que éste actuaba como si no hubiera sido satisfecho solo con agua y se sentó al lado de Junsu. Se dijo a sí mismo que sólo debía soportar esto por un rato más.

**

Tres horas pasaron y ningún bote apareció. El sol comenzó a ocultarse nuevamente. Mientras el día se oscurecía la niebla regresó. Junsu volvió a la casa sin decirle una sola palabra a Yunho. Ambos se recostaron sobre sus respectivos futones sin hablarse.

El estómago de Yunho no paraba de rugir y tenía problemas para dormir. El clima era agradable así que el bote no podía haber sido retenido por un oleaje pesado. Junsu se la había pasado en el muelle todo el día así que era imposible que no lo hubiera visto. ¿Por qué no llegaba el bote? ¿Habían sido olvidados? Si ese era el caso, los ornitólogos estarían en la misma situación. ¿Dónde se encontraban? ¿Había venido el bote a recogerlos y los habían dejado a él y a Junsu? Mientras más pensaba al respecto, más difícil se le hacía entender el por qué habían sido dejados allí. Aún cuando hubieran sido olvidados, sus padres colocarían un reporte de personas perdidas. Había notificado toda la información de su viaje a la compañía, así que sabían que ambos se dirigían a una isla desierta en Japón y harían algo para encontrarles. Sin embargo, sin importar cuántas veces se decía a sí mismo que todo iba a estar bien, su mente aún no estaba tranquila. Su sentido del olfato era tres veces más sensible debido al hambre y estaba seguro que había captado el aroma de chocolate y lo que probablemente eran bocadillos de camarón. La noche anterior había pretendido no darse cuenta, pero hoy no podía resistirse.

—¿Sr. Kim?

El sonido de mordidas se detuvo abruptamente con un sonido húmedo. Yunho se aproximó a la espalda del cerdo ayudado de la leve luz de la luna proveniente de la ventana rota. Mientras se aproximaba a Junsu se encontró con que éste sostenía los bocadillos con su mano derecha y el chocolate en su mano izquierda, su rostro tenía una expresión llena de culpabilidad.

—¿Podría por favor darme unos bocadillos? Sólo necesito algunos. Tengo tanta hambre que no puedo dormir.

Junsu levantó su rostro.

—Compré estos con mi propio dinero. ¿Por qué debería compartirlos contigo?

—Sé que son suyos. Pero en verdad tengo hambre.

La expresión de Junsu se transformó de una llena de incomodidad a una de imprudencia.

—Son míos. No hay razón alguna por la cual deba compartirlos contigo y tampoco hay razón por la cual deba sentirme culpable por no hacerlo.

Estaban en tiempos ajustados. En vez de preocuparse por quién gastaba qué o cuánto, deberían estar haciendo lo mejor que podían para ayudarse el uno al otro a salir de este problema. Yunho perdió la fe en su jefe al ver un comportamiento tan infantil y egoísta. No tenía idea de que Junsu fuera una persona sin corazón. Yunho se arrepintió de pedirle la comida, después vio al gordo con una mirada rogándole que ya no le decepcionara más. La respuesta de Junsu fue llenar su boca de chocolate y tragárselo.

—Qué bien. Ahora no tendré que preocuparme. Me sentía mal porque yo tenía comida y tú no. Es por eso que no tuve otra opción más que esconderla de ti.

Por primera vez en su vida, Yunho sintió que era capaz de matar a alguien. Quería golpear y patear esa cara hasta que no pudiera ser reconocida y lanzarla al mar. Sabía que no sería capaz de levantar al hombre y el absurdo pensamiento de rodar el cuerpo y lanzarlo por la orilla del muelle aligeró su humor considerablemente.

Mientras tanto, Junsu observó a Yunho con los ojos entre abiertos e hizo un puchero mientras hablaba.

—No me veas como si en verdad lo quisieras. Hace que se me dificulte el comer.

Todo el cuerpo de Yunho ardía de humillación. Con las manos empuñadas y los brazos duros a cada lado, se retiró de la casa. Al salir, bebió tanta agua como le fue posible. Quería lavar su rostro en un intento por calmar su enojo. El único sonido que se podía escuchar era su respiración agitada. Yunho apoyó sus manos en la orilla de la cubeta y vio su oscuro reflejo en el agua. Volteó su rostro contra la brisa y observó el jardín dilapidado bañado bajo la luz de la luna. Tropezó hacia una de las esquinas del jardín y comenzó a arrancar lo que parecían ser hojas de diente de león. Las colocó en su boca y masticó. Su lengua rechazó la amargura y las hojas sabían tan mal que lo hicieron querer vomitar. Aún así, las tragó. Lágrimas rodaron por sus mejillas, pero no sabía si habían sido causadas por la amargura de las hojas o por la amargura del corazón de Junsu.

Se sentó por aproximadamente una hora en el porche, aún cuando era Mayo, la noche era fría y su nariz comenzó a humedecerse. A pesar de que no quería respirar el mismo aire que el otro hombre, el deseo por recostarse en su tibio futón fue superior. Ingresó y vio que Junsu estaba acostado. Lo único que quedaba de lo que había comido era el dulce aroma. Quizás asustado por el crujido de las maderas del suelo el hombre se volteó.

—¿A dónde fuiste, Jung? —, Yunho no le respondió —. Me preguntaba qué había sucedido contigo cuando ya no regresaste. Lucías tan triste que pensé que compartiría algo de lo mío contigo, pero me cansé de esperarte y me lo comí todo.

Sin lugar a dudas era mentira. Una vez la acción era realizada, la gente haría lo que fuera para sentirse menos culpables. Yunho se tragó su enojo y simplemente sonrió.

—Gracias por pensar en mí, pero debería cuidarse bien. Nunca se sabe cuándo seremos rescatados—, dijo Yunho con sarcasmo.

—Ah, vendrán mañana—, su rostro estaba lleno de seguridad pero Yunho no podía ver el por qué de aquel sentimiento—. Jamás me he quedado una noche fuera sin llamar a mi madre. Sé que vendrá a buscarme. Le dije que sólo sería por una noche y aunque le dije dónde iba, todo lo que tiene que hacer es llamar a la oficina. Probablemente no le dio tiempo el día de hoy, pero de seguro vendrá mañana.

Aun si la mamá de Junsu no venía, si se iban de la oficina por más de tres días sin avisar, en su lugar de trabajo seguramente pensaría que esto era algo extraño y vendrían en su búsqueda. Deberían permanecer en ese lugar por uno o dos días más. Cuando consideraba la situación, la memoria de cómo comió las hojas con desesperación lo llenó de arrepentimiento. Yunho se recostó en su futón con un humor tan oscuro como las manchas en su cama.

**

La madre de Kim Junsu, la Sra. Kim, estaba pálida mientras permanecía parada frente a la Farmacéutica Beonyeong. Era de baja estatura y tenía piel blanca y aunque no era delgada, no estaba tan pasada de peso como su hijo. Sujetó con fuerza su pañuelo de encaje mientras veía el letrero de la compañía. Era la primera vez que se había quedado fuera de casa sin llamarle y no había sido capaz de dormir por la preocupación.

Después de perder a su esposo en un horrible accidente veinticinco años atrás, había criado a su amado hijo sola. Solo podía imaginarse lo peor, había sido secuestrado o había sufrido un terrible accidente. Se sintió débil y casi tropieza. Había llamado a la compañía en varias ocasiones pero cada vez que lo hacía, las líneas estaban ocupadas. Sin ser capaz de contener su preocupación, se dirigió hacia las oficinas de la Farmacéutica Beonyeong. Justo como lo había visto por la televisión, la entrada a la empresa estaba bloqueada por numerosas cámaras y hombres con micrófonos y el edificio estaba rodeado por camionetas con nombres de diferentes estaciones de televisión.

“Farmacéutica Beonyeong, presenta su bancarrota. Trece Millones de Dólares en Deudas. El Presidente está desaparecido.”

No era que la Sra. Kim no conociera las noticias que habían sido publicadas en las primeras planas de los periódicos de ayer, pero sólo podía pensar en su hijo. Finalmente fue capaz de hacerse camino entre los periodistas y llegar a la entrada. Sin embargo las puertas estaban cerradas. Mientras el día avanzaba se dirigió a la parte trasera del edificio donde vio a un joven entrar por la puerta trasera. Sin pensarlo, fue tras él y lo siguió. Aunque el joven se asustó al notar su presencia, escuchó su historia.

—No soy del Departamento de Desarrollo de Productos, así que no le sabría decir. Hay una gran confusión allá dentro… quizás debería preguntarle a alguien de ese departamento.

La dejó ingresar bajo estrictas instrucciones de que no le diría a nadie que él le permitió el acceso. Caminó a través de un estrecho corredor hasta que alcanzó la entrada de la recepción la cual se encontraba llena de jóvenes corriendo de un lado a otro con expedientes. La recepcionista se encontraba respondiendo los teléfonos así que no se encontraba en ninguna posición de notar la presencia de la señora. El Departamento de Desarrollo de Productos tenía una vista intimidante. Aunque no estaba tan lleno como la recepción, los teléfonos sonaban como locos y el sonido de voces de personas molestas se podía escuchar en cada esquina.

—Le dije que nosotros los trabajadores rasos no sabemos nada. Escuchamos del quiebre por las noticias. ¿Entrega? ¿Le parece que estamos en posición de hablar al respecto?—, el hombre de mediana edad gritaba en el auricular. La Sra. Kim vio a su alrededor y encontrando a una mujer joven que parecía ser amable, se le acercó.

—Este… ¿Le molesta si le hago una pregunta?

La mujer de cabello largo la observó exhausta y la Sra. Kim la miró fijamente.

—Buenas tardes. Soy la madre de Kim Junsu—, la mujer asintió y parecía estar confundida. La Sra. Kim avanzó un paso.

—Lamento molestarle pero… mi hijo no ha regresado a casa desde ayer. Me preocupé y decidí venir a buscar información. La mujer parecía como si acabara de ver un fantasma, la madre de Junsu se preguntaba si algo estaba mal—. Nunca se ha quedado fuera toda la noche sin permiso. No puedo evitar preocuparme de que durante su viaje de negocios haya sido secuestrado… o asesinado… Oh cielos…

La mujer estaba completamente sorprendida.

—El Sr. Kim ha ido a un viaje de negocios junto al Sr. Jung, a una isla en Japón. El Sr. Jung ha dejado el número de su casa y celular. Por favor, llámelo.

La Sra. Kim agradeció a la mujer y tomó la nota con los números telefónicos, luego salió al pasillo donde inmediatamente llamó. El número de celular no funcionó y cuando llamó a la casa, una mujer contestó. Dijo que Jung Yunho no había llegado a su casa todavía y que tampoco había llamado. La mujer no parecía estar tan preocupada como la Sra. Kim lo estaba. Se sintió decepcionada de no haber obtenido ninguna información relevante y colgó. Regresó a la oficina a hablar con la mujer nuevamente.

—Este… Dicen que ambos salieron en un viaje de negocios y que su hijo aún no ha regresado a casa. ¿A dónde fueron?

—Realmente no sabría decirle. No lo sé—, la joven mujer frunció el ceño como si estuviera molesta de que la Sra. Kim hubiera regresado. Su tono de voz daba a conocer que realmente no quería hablarle más, pero ella no se rendiría.

—Podría ayudarme más. Si algo le sucede a mi hijo, su compañía será la responsable.

— ¿Ayudarle más? Le he dicho que no trabajo con el Sr. Kim. Si se ha ido por su cuenta no tenemos forma de saber a dónde fue—, la Sra. Kim se sentía enfurecida por la actitud de la recepcionista. La mujer se puso de pie y le dio la espalda, caminó hacia un archivo que se encontraba en la esquina dando de taconazos. A excepción por ese sonido, el lugar se encontraba en silencio.

—¿Acaso no sabe lo que está pasando el día de hoy?—, dijo la mujer entre dientes. Pero se aseguró de decirlo lo suficientemente fuerte para que la Sra. Kim pudiera escucharla por sobre el ruido de los papeles—. Fueron a Naha, en Okinawa, Japón—, dijo las palabras cortantemente antes de regresar a su asiento.

— ¿Qué parte de Naha?

—No especifica, únicamente dice Naha.

La Sra. Kim no se dejó intimidar por su tono agresivo pero sonrió, era una sonrisa melancólica.

—Se lo agradezco. Lamento haberla molestado en este día tan ocupado.

Se dio la vuelta y salió del edificio. Había viajado a Okinawa en una ocasión con su ya difunto esposo. Podía empacar algunas cosas y comprar un boleto y… La señora no tenía idea que la mujer había sacado por accidente un registro del año anterior. No había forma de saber que su hijo no se encontraba en Naha, sino que en una isla desierta en la costa de Shizuoka.

**

El tercer día pasó sin ninguna noticia de un bote en el horizonte. Yunho se había pasado el día buscando comida en las casas abandonadas, pero sin resultados. Mientras el sol comenzaba a ocultarse, su estómago rugió interminablemente y regresó a la casa que estaba utilizando como refugio. Junsu estaba recostado en su futón. Yunho le había pedido que buscara un bote, pero probablemente había vuelto cuando la niebla comenzó. Mientras Yunho se sentaba en su propio futón, Junsu giró para verlo.

—¿Encontraste algo?

—¿Qué?

—¿Algo de comer? Fuiste a buscar comida hoy, ¿verdad?—, el tono de voz sarcástico de Junsu se sintió como un golpe en el pecho de Yunho.

—Busqué pero no encontré nada.

Junsu se sentó inmediatamente.

—¿Entonces qué se supone que estabas haciendo? Si no encontraste algo, desperdiciaste todo el día.

—En realidad no había nada.

Riéndose por la nariz, Junsu le volteó la cara a Yunho. Yunho estaba seguro que su actitud era a causa de su humor y se dio cuenta de la razón de esta disposición. Un estómago rugía con furia y no era el de él. Después de unos segundos, volvió a suceder, era como el rugido de un león atrapado dentro de las tripas del hombre. Yunho comenzó a sonreír involuntariamente. En el tercer día, a Junsu finalmente se le había terminado la comida que se había rehusado a compartir con Yunho. Pensando en la justicia divina, cada quien recibía lo que se merecía, Yunho se recostó en su futón y rió tan fuerte que sus hombros se sacudieron. Era tan feliz que casi olvidó que él también estaba hambriento. Junsu lo ignoró perdido en sus pensamientos.

En la mañana del cuarto día, Yunho encontró a Junsu tragándose el agua del pozo. Lo hizo sentirse superior, al ver cómo Junsu trataba de aplacar a su hambriento estómago llenándolo de agua, justo como él lo había hecho anteriormente. Nuevamente se fue en busca de comida mientras Junsu observaba pero se cansó después de caminar una pequeña distancia. Sin haber comido algo en tres días mientras caminaba alrededor de la isla, su fuerza finalmente comenzó a desaparecer. La desnutrición se estaba volviendo una realidad.

Mientras descansaba en la sombra de un árbol, se percató que debía buscar no sólo en las casas. Comenzó a buscar nueces y otras frutas naturales. Caminó hacia un campo detrás de una de las casas vacías. En una esquina llena de vegetación, viéndolo más detenidamente, encontró algo que lucía como hojas de zanahoria. Arrancó una y aunque un poco deforme, había una zanahoria. Desenterró diez más, su mente se encontraba en un estado de felicidad absoluta, encontró aún más a su alrededor. Estaba más feliz que el día que pasó su examen de admisión de la universidad y alzó sus manos, aun sosteniendo las zanahorias, en una pose de victoria. Estaba lleno de polvo y suciedad.

Yunho arrancó unas veinte zanahorias y las llevó a la casa abandonada que habían estado utilizando como refugio. Recogió unas ramas, hierba seca y las prendió fuego con los fósforos que había obtenido en sus búsquedas. Insertando una zanahoria en un palo, la cocinó sobre el fuego. No pudo esperar a que estuviera lo suficientemente caliente y terminó comiéndosela como si fuera un animal. El centro estaba un poco crudo, pero lo único que sentía era la dulzura. Era deliciosa y derramó lágrimas de felicidad. Cocinó cinco más, las colocó en una de las ollas que encontró en la casa y se dirigió al muelle. Odiaba tanto a Junsu que sería capaz de asesinarlo a no ser por las consecuencias legales que este acto conllevaba, pero sabía mejor que nadie la desgracia de un estómago vacío. Tampoco quería ser el tipo de persona que se apropiaba de toda la comida o se volvería un hipócrita tan malo como el hombre obeso.

—¿Quiere unas?—, gritó a la redonda espalda sentada en el muelle. Junsu salió corriendo hacia la olla pero no pudo ocultar su asco cuando vio el contenido.

—No me gustan los vegetales.

—Pero no ha comido nada desde ayer. Ya probé una y estaba deliciosa.

—No me gustan—, dijo mientras su estómago se encontraba rugiendo. Si no quería ninguna, de acuerdo… pero Yunho intentó con otra táctica.

—Aún cuando no le gusten, si no las come, el hambre no lo dejará dormir.

Junsu mordió su labio y dirigió su mirada hacia las zanahorias, luego dirigió su vista hacia arriba.

—No me hables como si me conocieras. Si me muero del hambre… ¡Será tu culpa!

Yunho suspiró por el comportamiento tan infantil.

—No se morirá de hambre si come.

—¿Disculpa?

—No sea tan infantil. Coma. Están buenas.

Yunho tomó una de las zanahorias de la olla y la comió, asegurándose de hacer tanto ruido como le fuera posible mientras la comía. Junsu lucía como si fuera a llorar y abrió la boca. Sus redondas manos se empuñaron y comenzaron a temblar. Estaba hambriento pero no le gustaban las zanahorias. Yunho podía ver la batalla interior en sus ojos. De repente su mano derecha fue golpeada con un doloroso sonido. Terminó en un instante. Junsu pateó la olla, esta cayó sobre el concreto y las zanahorias fueron esparcidas por todas partes.

—Uy, lo siento. Solo quería estirar mi pierna, no me percaté que lo patearía. Junsu tenía una enorme sonrisa pícara en su rostro. Sin decir una sola palabra, Yunho comenzó a recoger las zanahorias. A partir de ese momento, sin importar cuánto Junsu le rogara, no había forma de que volviera a compartir comida con él. Cuando estaba a punto de alcanzar la última zanahoria una sombra se pudo ver por encima de él y sin tener tiempo de reaccionar acerca de lo que sucedía, la zanahoria fue aplastada por un pie. Al alzar su cabeza, Yunho pudo observar una barbilla cuádruple.

—De todas formas la ibas a tirar —, Junsu enterró su pie en la zanahoria y encogió los hombros de una manera exagerada—. Ay, qué pena. ¿Planeabas comértela del piso? Eso no te hará mejor que a un perro. Peor que un perro…

Yunho explotó. Había sido capaz de controlarse hasta ahora porque su compañero era su jefe y tenía poder sobre él pero eso terminaba en esos momentos. Yunho se puso de pie rápidamente y tomó a Junsu por la camisa. La redonda cara del cerdo mostraba sorpresa y temor, eso hizo a Yunho muy feliz.

—Si yo soy peor que un perro, ¡entonces tú eres peor que una cucaracha!—, gruñó en el oído de Junsu y le dio una cachetada en el rostro. El gigante de 135 kilos gritó fuertemente mientras caía sobre el concreto. Comenzó a arrastrarse como una oruga mientras lloraba del dolor.

—Te demandaré por agresión. ¡Le… le diré a mi madre!

En estos momentos Yunho había perdido toda su paciencia, su expresión de hierro lo delataba.

—De acuerdo, solo trata de demandarme por agresión. ¡Te mataré a golpes antes de eso! ¿A qué te refieres con “perro‟?. Si soy un perro, entonces tú eres un cerdo blanco. Solo vuélvete más y más gordo y sigue hablando de tu madre, me pones enfermo, fenómeno amante de tu madre.

Aún sosteniendo su mejilla, Yunho observó la expresión de incredulidad de Junsu. Yunho se sintió enfermo con solo ver ese cuerpo obeso y lo pateó duro en el trasero. Junsu gritó nuevamente de dolor y trató de alejarse de él.

—¡Aléjate! ¡Todo esto es por tú culpa! ¡Jamás debí haber confiado en que tú arreglaras los planes del bote! ¡Yo soy la victima aquí!

—¡Cierra la maldita boca!

Yunho movió su pierna y Junsu se cubrió la cabeza y la ocultó. Como un gato jugando con un ratón Yunho dio pequeños golpes a la espalda de Junsu con su pie.

—Por el bien de nuestras mentes, creo que cada quien debe vivir por su cuenta. Desde ahora cada quien se hará cargo de sí mismo. Te aseguro que será más sencillo para ti también.

Yunho dejó a Junsu lleno de miedo. Regresó a la casa a traer sus cosas, desde la entrada podía ver a la enorme figura completamente estática en el muelle, ignoró a su jefe y se dirigió hacia el sur por el camino lleno de tierra.


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Nota: Por cierto, el amigo gay y macho, dueño del bar gay, llamado Ji Hoon no es otro que Bi Rain XD Para que tengan la imagen en mente XDDD


5 comentarios:

  1. XDDDDDDDDD dioooooossss si q ssta dificil el asunto xD me pregunto como sera posible q luego haya lemon xDDDD xq se llevan a matar y aun encima yunho le da asco xD Pobre Yunho.... Mira q es odioso Junsu xD es super mimado... Y con 30 años... Madre mia xD me lo imagino gordito y lo veo super mono xD pero vamos... Menudo caracter xD graciassss

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    1. Veamos lo que hace la abstinencia XD Y a fin de cuentas, sólo se tienen el uno al otro.. literalmente porque no hay nadie más >___<

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  2. junsu sí que es insoportable!!!! =/ pobre yunho me dio mucha penita cuando el cerdito ese no le compartió su comida y cuando se tragó el diente de león casi lloro ;_; ya era momento que explote, lo de las zanahorias fue la gota que derramó en vaso jajajaja me gusto la pata en el trasero XDDDDD vamos a ver como se arreglan las cosas entre en gordito mimado y yunhie~~ gracias por el cap ^u^

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    1. El rechonchito deberá cambiar y se le pondrán mal las cosas. Uno siente pena por el desgraciado de Yun, esperemos que pronto tenga su recompensa :D

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  3. junsu que egoista , comiendo solo y a yunho no le nada , esta que saco de quicio a yunho podra junsu estar solo y sobrevivir . gracias mery

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