Título Original: Don’t Worry Mama
Autora Original: Konohara Narise
Adaptación por: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Serial
Declaración: La trama no me pertenece.
Sinopsis: Si estuvieras varado en una isla desierta y pudieras elegir a la persona que te hiciera compañía, ¿a quién elegirías? Hubiera preferido ahorcar a Junsu con sus propias manos antes de seguir escuchando sus insistentes quejas pero cuando los días se convirtieron en semanas, Yunho se encontró anhelando la compañía de Junsu más que a la misma civilización.
¿Podrán ambos encontrar un amor prohibido en esta isla tropical? O, ¿podrán Yunho y Junsu vivir sus vidas en esta isla desierta con la persona que menos toleran en este mundo?
*****
Capítulo 3
La casa que
Yunho había estado compartiendo con Junsu era cercana al muelle, sin embargo
ahora había escogido una de las cinco casas que se encontraban a un kilómetro y
medio de distancia. La escogió porque se encontraba en buenas condiciones y
había un buen pozo en la parte trasera. Sentado de piernas cruzadas en medio de
la habitación principal, Yunho pensó con detenimiento su situación. Cuatro días
habían pasado sin que alguien viniera por ellos. Había dejado información de
hacia dónde se dirigían y dónde se hospedarían en la oficina de manera que si
alguien quisiera encontrarlos no tendría problemas. Quizás querían venir pero
no podían. Comenzó a preocuparse. Tal vez había ocurrido algún accidente o
alguien estaba herido… ¿Había sucedido algo con su familia que evitaba que
éstos pudieran encontrarle? Si ese era el caso, no había manera de saber
durante cuánto tiempo se encontrarían en este lugar.
Entonces un
terrible pensamiento cruzó por su mente. Ese razonamiento únicamente
funcionaría si se tratase de él pero Junsu también se encontraba en este lugar.
Si ese cerdo era tan consentido por su madre, sin duda alguna ella no se
quedaría sentada de piernas cruzadas sin hacer nada. Algo debía estar muy mal.
Si se sentaba
sin hacer nada, pensaría demasiado, lo cual no era algo bueno. Él mismo lo
sabía. Para combatir su nuevo sentimiento de desesperación Yunho aseó su nuevo
hogar. Comenzó por separar los utensilios útiles de aquellos que no tenían
ningún uso. Había registrado las casas vecinas y juntado algunos utensilios
para comer: una tetera, ollas y candelas. También había encontrado un foguero e
incluso un costal de carbón para usarlo. Había visto un foguero hacía tiempo en
casa de su abuelo en el campo y sabía que podía ser usado en lugar de una
estufa. Fue difícil aprender a manejarlo, sin embargo, era mucho más sencillo
que intentar construir un horno a base de rocas como lo había aprendido a hacer
en el campamento de verano años atrás.
El asear
mantuvo su mente alejada de todo lo que podía salir mal, sin embargo, se detuvo
al pensar que un bote podía estar llegando y él estaría perdiendo el tiempo. Lo pensó por un momento pero luego se percató de lo cómodo que sería si todo se encontraba en orden en el caso
de tener que esperar una semana, así que continuó con la limpieza. Abrió una de
las ventanas y dejó entrar el aire fresco. Sacudió las alfombrillas empolvadas con
un limpiador igual de sucio mientras pensaba lo sencillo que eran las cosas
ahora que se encontraba solo. Cuando estaba con Junsu constantemente debía
prestándole atención… y tolerar sus malos tratos. Era como si un gran peso
hubiese sido levantado de sus hombros.
La casa que
Yunho escogió se encontraba en una colina viendo hacia el sur así que podía ver
el muelle y el océano desde su porche. De igual manera, tenía que ir a buscar
comida, por lo que no podía estar observando el mar todo el día. Yunho tomó una
de las sábanas que había encontrado en una de las casas de al lado y la utilizó
para escribir con carbón “SOS” sobre ella, en caso de que algún bote que
estuviera pasando por ahí tuviera una razón para mirar a la costa. En la
tarde, antes de que la neblina se acumulara, se dirigió al campo que había
encontrado antes y recogió más zanahorias. Vio a sus alrededores para ver si
encontraba algo más y fue premiado cuando encontró papas. Las papas bien calientes
fueron una deliciosa adición a su actual dieta. Estaba lleno y al anochecer
naturalmente tenia sueño. Se enrolló en el futón, el cual había aireado durante
el día y cerró los ojos. Planeó hervir agua de mar al día siguiente para hacer
sal, ya que con ella la comida sabría mucho mejor.
Yunho dio un
gran bostezo. El haberse separado de Junsu era lo mejor que pudo haberle pasado
desde que había llegado a este lugar. Debió haberlo hecho antes y se burló de
sí mismo por haber tolerado a su jefe por el largo tiempo en que lo había
hecho.
**
A la mañana
siguiente antes del amanecer, Yunho se dirigió al muelle. Al llegar allí colgó
la bandera con el mensaje que realizó el día anterior en uno de los postes
viejos de alumbrado. En su camino de regreso observó hacia donde se encontraba
la casa de Junsu pero no notó ningún sonido o movimiento. Pasó el
resto de la mañana en el porche observando hacia las olas. Alrededor de las
nueve de la mañana observó una enorme figura sentada en el porche, era Junsu
comenzando sus observaciones diarias. El cielo era azul claro, las aves
cantaban y el océano se encontraba calmado pero no había ni un solo bote en el
horizonte.
Yunho se sintió
hambriento en la tarde así que se dirigió hacia el campo. Mientras escarbaba
papas escuchó un sonido y al volver a ver se percató que era un conejo. Esa
noche, reparó el agujero en la jaula de bambú que había encontrado e ignorado
con anterioridad. Era tan vieja que se preguntaba si funcionaría pero fue capaz
de atrapar un conejo con ella. No desperdició ni un minuto en rostizarlo sobre
el fuego. Aun sin especias, esta era la primera vez que comía carne en mucho
tiempo y nada le supo mejor que eso. Mientras comía, el rostro de Junsu
apareció en su mente y se preguntó qué podría estar comiendo éste. En vista de
sus recientes dificultades, se dijo a sí mismo que no debía pensar en ello y
que sería mejor endurecer su corazón.
Varios días
pasaron. Se dedicaba a observar si aparecían botes por las mañanas y a buscar
comida por las tardes. No le tomó mucho tiempo a Yunho el desarrollar una
rutina. Se percató que el comer los conejos después de atraparlos no era la
mejor opción, lo mejor era conservarlos un tiempo y alimentarlos hasta que
necesitara la comida. Utilizaba una jaula que encontró en otra de las casas
para conservarlos. Aún había bastantes zanahorias y patatas en el amplio campo
así que la comida era abundante. En tanto se percató que ya no tenía que
preocuparse por la comida las cosas se hicieron más sencillas y únicamente era
cuestión de esperar.
En el séptimo
día después de haber sido abandonados, Yunho hizo su típica comida de
zanahorias y papas. Luego, con mapa en mano, escaló hasta el punto más alto de
la isla. La colina no era tan alta y la caminata tomaba apenas una hora. Desde
este punto tan elevado, podía observar una mayor extensión del mar. El viento
era poderoso y quitó el cabello de su rostro mientras observaba el agua que
parecía extenderse por siempre. Pensó en construir una balsa para intentar
escapar de la isla pero recordó la plática de los pescadores acerca de
lo cambiante de las corrientes marítimas en esta área tan peligrosa. En vez de
arriesgarse, lo mejor era esperar a que alguien viniera por ellos.
—Me pregunto
por qué no ha venido nadie…—,no quería hablar en voz alta pero las palabras
escaparon de su boca. Se percató que se había estado hablando a sí mismo más y
más en los últimos días. ¿Por qué no lo estaban buscando? ¿Por qué no habían
llegado? ¿Qué les impedía llegar a este lugar? ¿Acaso su familia no estaba
preocupada por él? Yunho sacudió su cabeza y se sintió bastante desolado. Se
recordó el tener una actitud positiva y se dirigió colina abajo.
Pasó por el
muelle en su camino de regreso pero Junsu no se encontraba allí. Observó a través
del jardín hacia la casa, pero no vio a nadie. Junsu tenía agua y si se quedaba
sin comida por unos días, tenía la suficiente grasa acumulada en su enorme
cuerpo. No había forma que muriera con facilidad. Probablemente solo se había
cansado de observar.
Al regresar a
casa, Yunho se preparó sopa con un conejo que había atrapado y le agregó
zanahorias y papas. En esta oportunidad lo condimentó con sal. Sin embargo, en
el momento en el que se metió una cucharada de sopa a la boca, recordó a Junsu.
Comenzó a preocuparse al pensar si Junsu tenía algo para comer pero luego
recordó cómo había destrozado la zanahoria con su pie y se regañó a sí mismo
por preocuparse por alguien que no lo merecía.
Esa noche, tuvo
problemas para dormir. Su mente navegaba entre pensamientos de por qué no los
habían venido a rescatar y cuándo llegarían los rescatistas. La soledad y
quietud de los alrededores únicamente avivaba las llamas de sus pensamientos.
Incertidumbre mezclada con soledad y aún cuando había hecho bastante ejercicio
con la escalada, no podía dormir.
**
La primera cosa
que Yunho hacia cada mañana cuando despertaba era hacer una marca en uno de los
pilares. Hoy había hecho su octava marca ya que se encontraba en ese lugar
desde hacía ocho días. Continuó con su rutina matutina lavándose la cara y
preguntándose qué haría el día de hoy. Tenía almacenadas zanahorias y papas y
también conservaba un conejo que había atrapado. Incluso tenia sobras de la
sopa del día anterior, suficiente para no tener que ir a buscar comida por
algunos días.
—Supongo que
comenzaré por comer—, nuevamente habló en voz recia mientras comenzaba una
fogata en el foguero. Calentó las sobras de la sopa y las vertió en un tazón
que había rescatado de la casa de al lado—. Está buena—, no había nadie que le
contestara. Ésta era probablemente la mayor cantidad de tiempo que había pasado
sin tener alguien con quien hablar—. Me pregunto si ha comido algo—, Yunho
suspiró.
Había comido
todo lo de su tazón pero aún había una ración más en la olla. La culpabilidad
se lo comía de la misma forma que él había comido su comida.
Observó la olla de sopa.
—No lo he visto
desde ayer.
Nuevamente
dudaba que Junsu estuviera muerto pero Yunho se preocupó más aún después de
pensar en ello. En algún momento, había considerado seriamente asesinar al
hombre pero si Junsu realmente muriera, jamás sería capaz de perdonarse a sí
mismo. No cuando tenía comida y no la había compartido. Pero la verdad era que
quería hablar con alguien y no le importaba con quien. Podía ir y decirle
“hola”, y regalarle un poco de sopa, soportar los malos tratos y regresar.
Al llegar a la
casa de Junsu, un kilómetro y medio hacia abajo por la costa, el lugar estaba
demasiado tranquilo. Estaba seguro de que Junsu se encontraba en la casa porque
había llegado al muelle pero pudo haber ido en busca de comida. Por otro lado,
si no se encontraba, no se encontraba. Yunho tocó la puerta.
—¿Hola?
No hubo
respuesta, Yunho se dio la vuelta pensando que Junsu había salido, cuando
escuchó un gemido desde dentro. Abrió la puerta para revisar el interior.
El cuarto
estaba oscuro, incluso a pesar de ser de día. Había algo rodando en el futón y
gruñendo. Junsu estaba recostado sobre su estómago únicamente con la cabeza en
dirección a Yunho. Su rostro estaba blanco y sus labios también estaban
pálidos. En el momento en que Junsu observó a Yunho, sus ojos rojos se llenaron
de lágrimas y comenzó a llorar desconsoladamente.
—¿Qué
sucedió?—, Yunho se apresuró hacia él. El rostro del cerdo se encontraba cubierto
por lágrimas y mucosidad y sus palabras eran temblorosas mientras atravesaban
sus pálidos labios.
—Mi estómago…
No deja de doler. Tengo diarrea— , una lágrima cayó sobre la mano de Yunho—.
Duele demasiado…
Se encontraba
hecho una bolita, aún cuando era un hombre grande, temblaba como un pequeño
animal. Al ver algo tan deplorable, Yunho no pudo evitar el sentirse culpable
por no haber llegado antes. Hubiera podido hacer algo para calmar su dolor.
—¿Qué has
hecho? ¿Bebiste mucha agua? ¿O… comiste algo que te hizo mal?
—Tenía tanta
hambre… Comí…
—No te escucho.
¿Qué comiste?
—Comí grama y
mi estómago…
Yunho estaba
sorprendido al escuchar la palabra “grama”. ¿Había comido pasto?
—Tenía tanta
hambre que no pude detenerme…—, Junsu lloró con sentimiento. Mientras Yunho se
encontraba disfrutando su conejo, el hombre que había destrozado una zanahoria
al rehusarse a comerla había sido forzado a comer grama del jardín. Y ahora, se
encontraba aquí parado frente al hombre que había caído tan bajo por el hambre.
Fue en esos momentos cuando recordó los pocos suministros que el equipo había
llevado para el viaje, algunos productos de la compañía incluidos.
—¡Espera!
¡Cierto!. Tengo algo. ¿Recuerdas esos botiquines portátiles que la empresa creó
y no se vendieron bien? Creo que había medicina para el estómago. Iré por ella.
Sin embargo
cuando estaba a punto de irse Junsu lo tomó por la muñeca derecha.
—No… No te
vayas.
Yunho se detuvo
al ver el rostro enfebrecido de Junsu.
—Solo voy a ir
a conseguir la medicina.
Junsu movió
salvajemente su cabeza.
—No,
seguramente no volverás. Si no me ayudas, moriré solo en este lugar
abandonado… No quiero que eso pase.
—No dejaré que
te mueras.
Pero el agarre
de Junsu sólo se hizo más fuerte.
—Pero tú me
odias. Me odias lo suficiente como para golpearme—, Junsu comenzaba a gritar
nuevamente —. No quiero estar solo. Ya no más. No quiero morir aquí.
Yunho entendía
su miedo. Incluso si estuviera solo y se encontrara bien. Pero no importaba las
veces que tratara de asegurarle a Junsu las cosas, el hombre no lo escuchaba.
En lugar de tener sentimientos de simpatía, Yunho se llenó de enojo nuevamente
con la actitud infantil de Junsu.
—¡Solo cállate
y deja de llorar!—, cuando le gritó a Junsu, el hombre dejó de llorar
inmediatamente como lo haría un niño obediente. Ahora que Yunho había
destrozado su exterior sin emociones no había razón para volver atrás—. Dije
que solo iré a traer medicina. Déjame ir. Si no lo haces realmente no volveré.
Junsu lo liberó
de su agarre pero en forma lenta y renuente. Miraba a Yunho todo rojo y con
ojos llorosos. Eso hacía a Yunho difícil el poder irse pero necesitaba la
medicina si pretendía ayudar al hombre. Yunho corrió de ida y vuelta, los tres
kilómetros, a toda velocidad. Cuando regresó, era evidente en la cara de Junsu
el alivio que sentía. Se limpió la nariz con su mano. Tomar la medicina con el
estómago vacío hizo que el estómago del hombre gordo sea más susceptible. Yunho
le sugirió a Junsu tomar algo de sopa. Aunque tenía diarrea, no era suficiente
para superar la extrema hambre que sentía y, cuando vio la sopa, no pudo
detenerse. Parecía como si fuera a bebérsela toda de un trago. Yunho le dijo
que la tomara con más calma y lo amenazó con no compartirla nuevamente si no lo
hacía. Junsu obedeció y se tomó el tiempo necesario para beber el resto.
Después de comer y tomar la medicina, Junsu se desplomó en el futón.
—¿Te sientes
mejor?
Junsu asintió y
dijo—. Sí—, igual que un niño.
—Apenas la
medicina empiece a ser efecto, se detendrá la diarrea.
—De acuerdo—,
Junsu respondió amablemente.
Ver a su jefe
tan débil y obediente no podía reconfortar a Yunho pero pensó que tal vez Junsu
podía tener un lado lindo. Una simple sacudida en la cabeza de Yunho sacó esos
pensamientos fuera. Si el comer hierba le provocó diarrea, debería de chequear
por la mañana a Junsu y darle algo fácil de digerir. Junsu siguió mirando a
Yunho desde el futón y la fijeza de su mirada era embarazosa.
Yunho se levantó y Junsu lo copió excitado también.
—¿Te vas?—,
preguntó tranquilamente.
—Solo iba al
baño.
—Oh….
El hombre gordo
se relajó y se dejó caer nuevamente. Cuando Yunho dejó la habitación se dio
cuenta de un olor que venía de la cocina. Echó un vistazo a un pote que parecía
la fuente de donde venía ese olor y encontró pequeños objetos marrones flotando
en una especie de brebaje. Cuando pensó que Junsu hubiese comido eso se puso
realmente triste. Volvió del baño con el corazón pesado para encontrar a Junsu
sollozando pesadamente gateando sobre el futón.
—¿Qué es lo que
me está pasando?¿Qué he hecho para merecerlo? Quiero a mi mami, Mamá…
Y a Yunho se le
erizó la piel al escuchar esto.
—¡Sal de ahí!—,
él gritó y Junsu se arrastró fuera del futón. Yunho sacudía nuevamente su dedo
índice sobre la roja nariz del hombre—. Escúchame. No es normal para un hombre
en sus treinta decir “mami”. Esto solo muestra cuán nene de mamá eres. Debes de
parar de refugiarte en ella y ponerte en pie por tu propia cuenta. Solía
preguntarme por qué eras tan irresponsable pero ahora sé el por qué. Eres
completamente dependiente de tu madre. Debes tomar responsabilidad por ti
mismo.
Junsu mordió su
labio y agarró el futón con sus dedos gordos mientras habló—. Soy
autodependiente. Tengo un salario…
Yunho golpeó
con fuerza el suelo. Junsu saltó con el sonido.
—Este no es un
problema monetario. Es algo que tiene que ver la psicología.
Junsu
permaneció en silencio pero lo miraba como queriendo decir algo.
—Siempre he
estado enfermo cuando era joven. Es por eso que mi mamá se preocupa por mí. Yo
también siento que ella va demasiado lejos a veces—, al menos él reconocía su
problema.
—Primero, debes
volverte independiente de tu madre. No apoyarte en alguien más que en ti mismo.
Aprender a controlar tus acciones. Eres mentalmente perezoso y eso debe ser el
por qué de que seas tan gordo.
Pero cuando él
escuchó la palabra “gordo” las expresiones de Junsu se endurecieron.
—Eres un hombre
ahora pero aún engulles chocolates.
En el momento
en que dijo “chocolate”, Junsu comenzó a desmoronarse. Por primera vez se dio
cuenta de cuánto había herido a Yunho su comportamiento y esto hizo que se
arrastrara nuevamente a la seguridad del futón.
Junsu encontró
el coraje para hablar repentinamente—. Mi imagen de ti ha cambiado
completamente en estos últimos días. Solía pensar que eras más agradable y
simpático. No sabía que eras grosero y maleducado.
Yunho se rió
cuando escuchó la confusa voz provenir del futón diciendo esas palabras.
—Este es mi
verdadero yo. El pasar tiempo con un tonto estropeado como tú ha roto la fachada
que tan duramente había creado—, Yunho resopló —. Entonces…¿Cómo se sintió
tu primer golpe? ¿Dolió? Bien. Eso significa que no volverás a ponerte en mí
contra otra vez. Esta es una situación seria. Estamos solos, obviamente
abandonados y no hay razón para estar con ceremonias. Si haces algo que no me
guste, golpearé algún sentido dentro de ti.
Junsu se puso
pálido y colocó su cabeza aún más adentro del futón. Yunho dio una palmada en
su redonda espalda mientras que reía.
—Solo estaba
bromeando. No te golpearé aún cuando actúes como un idiota.
Junsu
lentamente sacó su cabeza fuera del futón y chequeó la expresión de Yunho para
ver qué era lo que realmente quería decir. Yunho tocó su frente con la mano
extendida y el gigante rechoncho se estremeció.
—Ya no tienes
fiebre. El dolor de tu estómago se calmará pronto también.
Se dio vuelta
al escuchar el sonido de algo cayendo suavemente sobre el techo. En una explosión
repentina había empezado a llover. Bajaba constantemente hasta oscurecer la
visión del exterior. Había estado claro hacía unos minutos y la lluvia era un
terrible recordatorio de cuán rápidamente podría cambiar el clima en la isla.
Tenía un paraguas pero pensando que no llovería no lo había traído con él.
—Está
lloviendo… Volveré a mi cabaña antes de que se haga más pesada.
Junsu se
precipitó al segundo y dijo:
—¿Vas a irte y
dejar a tu compañero enfermo detrás?—, movió su cabeza de un lado a otro—¿Qué
pasa si repentinamente me pongo peor y muero? —, Yunho no tomó amablemente esta
dramatización.
—Si estás lo
suficientemente saludable como para hablar así, no hay forma de que vayas a
morir.
—No, no te
vayas—, el tono desesperado de Junsu hizo que Yunho hiciera una pausa pero él
sabía que si no le daba una lección ese día, estarían perdidos—. Por favor… Por
favor quédate—, Junsu decía en un tono solitario—. Tengo miedo de estar solo.
No hay nada aquí y no hay nadie con quien hablar…
Yunho se sorprendió
de escuchar a alguien que solo le dio órdenes o abusó de él en el pasado
decirle “por favor”. Aunque sabía que no debía animarlo fue y tocó la
lamentable figura que se encontraba ante él. Entendía su soledad. Después de
todo, sólo cuidaba de Junsu porque él quería que alguien lo acompañase…
Quien sea.
Afuera, la
tormenta se incrementaba. Él sabía que no tendría nada para hacer cuando
regresara a su propia casa. Abandonó la idea de marcharse cuando Junsu le
preguntó—. ¿Te quedarás?
Él respondió—.
Sí.
El estrés en el
rostro de Junsu desapareció y se dejó caer en el futón. En apenas treinta
minutos se durmió y su respiración era liviana como la de un gentil animal.
Yunho miró la lluvia por la ventana. Ahora que Junsu estaba dormido era como si
estuviera solo nuevamente. Pero aún así, había alguien ahí con él, entonces
técnicamente no estaba solo. Ese pensamiento lo animó aún si esa compañía era
alguien que lo odiaba. Repentinamente, él tembló. Hacía un poco de frío. Cerró
la puerta y la ventana pero eso hizo que la habitación estuviera terriblemente
oscura. Se dejó caer sobre las alfombrillas. Solo estaba el sonido de la lluvia
cayendo. Pensó que debía ser la primera vez que escuchaba la lluvia con tanta
tranquilidad. Enroscó su cuerpo y su espalda comenzó a dolerle. Fue al armario
para tomar el futón que había usado antes pero no estaba ahí. Todos los futones
habían desaparecido excepto el que Junsu estaba usando.
—¿Qué habrá
hecho con ellos…?—, el sonido de la voz de Yunho debió de despertar a Junsu
porque dio vuelta su cabeza—. ¿Qué le pasó a
todos los futones?
—Los saqué
afuera para solearlos—, respondió Junsu como si hablara en sueños.
Yunho trató de
imaginar cuán mal debían de haber estado para que ese cerdo lamentable hiciera
eso. ¿Habría vomitado sobre ellos o algo parecido? Pensó que era mejor no pedir
detalles al respecto.
—¿Quieres un
futón?
—Me gustaría
uno pero puedo dormir sobre el suelo si debo hacerlo.
Incluso después
de finalizar, Junsu tiró de su propio futón.
—Puedes tener
este.
—Entonces no
tendrás dónde dormir.
—No lo
necesito.
Era una
magnífica oferta de un hombre quien unos días atrás no podía dar una pieza de
chocolate. Estaba dispuesto a ir tan lejos con tal de cerciorarse de que Yunho
no se fuera. Aún así, Yunho no era de esa manera. No podía tomar el futón de
alguien que se sentía tan mal.
—Estoy bien.
Tómalo.
—No, tú.
Ninguno de los
dos retrocedería. Medio en broma, Yunho sugirió—. Está bien, entonces durmamos
juntos.
—Está bien por
mí—, sin pausa, Junsu volvió al futón pero se colocó a un lado de éste. La
mitad vacía destacaba de una manera extraña. Yunho había sido el que sugirió
esto y no se vería bien si se rehusara ahora. Se colocó al lado de Junsu pero
se sentía incómodo. Si Junsu supiera que él era gay, ¿lo habría invitado tan
fácilmente? Yunho pensaba que no. Eso no lo ayudaba en nada pero solo lo
aliviaba el hecho de que Junsu era una bestia de 100 kilos. A él le gustaban
los hombres delgados, jóvenes y apuestos y Junsu era exactamente el opuesto a
esto. Si él fuera de una talla más normal y tuviera una mejor personalidad,
Yunho tal vez estuviera tentado a quebrar su período de forzado celibato. Él
pensó en los hombres con los que soñaba… Incluso para pasar solo una noche.
Cada uno de ellos era delgado y todos tenían cara juvenil. Tenía amigos que
eran cazadores de rechonchos y hablaban apasionadamente de los placeres de la
grasa pero Yunho nunca pudo entender esa atracción.
Yunho respiró
profundamente. Había un acre y dulce olor que hacía que su corazón saltase. Era
como si pareciera el dulce olor de un niño. Respiró más profundamente,
esperando tomar mejor el aroma. Trató de detenerse, reprendiéndose de que era
el olor de Junsu el que estaba oliendo pero él no podía negar la extraña
atracción. Luego él comenzó a darse cuenta de pequeñas cosas, algo cálido en su
espalda que se presionaba contra él nuevamente. No quería estar tan cerca pero
era lo más lejos que podía estar del gran cuerpo de Junsu sin caerse
completamente del futón.
A pesar de su nefasta
situación, esto no ayudaba pero pensaba que el daño causado a su relación no
sería fácil de reparar. Notó que la respiración de Junsu se tornó regular.
Entonces, se levantó suavemente y observó directamente el rostro de Junsu
dormido. Cuanto más pensaba en ello, más sentía que sería capaz de calmar la
ira que Junsu le había causado. Su rostro no estaba para nada mal. Era el justo
juicio que hacía en su mente. No, no. Tiene una cuádruple barbilla. Había
cuatro de ellas… ¡Cuatro! Pero si perdiera peso, podría verse muy bien. Sin
poder suprimir su curiosidad, Yunho tocó uno de los pliegues de la barbilla de
Junsu con su dedo. Junsu abrió sus ojos como platos.
—¿Qué?
—Ah…Emh… Había
algo…—, a toda prisa retiró su dedo.
—Estoy cansado
porque he tenido que ir al baño muchas veces la noche pasada—, sus ojos
semicerrados mostraron su descontento cuando volteó su cabeza.
Yunho frotó su
dedo. La piel de Junsu era muy, muy suave. Le gustaba eso. Se preguntaba si
sólo su barbilla era de esa forma o si todo su cuerpo era así. Se oyó a si
mismo tragar saliva.
Yunho se
recostó otra vez y fingiendo moverse tocó el brazo de Junsu. Aunque la piel era
blanca lechosa, su gordo brazo se asemejaba a un jamón sin hueso. No obstante,
era suave y parecía como una almohada para su dedo. Yunho había tenido sexo con
muchos hombres pero esa era la primera vez que tocaba una piel que se sintiera
tan bien. Si todo su cuerpo estaba cubierto por una piel como esa… Tragó saliva
nuevamente. Se preguntaba cómo se sentiría sostener un cuerpo así, desnudo.
Su cabeza
estaba llena de pensamientos peligrosos. ¿No era insano? ¿Quién creía que era
este hombre? Era Kim Junsu. El obeso monstruo de Kim Junsu. ¿Cómo podía incluso
pensar siquiera en codiciarlo? Yunho puso su cabeza entre sus manos. Su
dignidad estaba en juego. Purgó estos pensamientos, incluso haciendo menos
deseable a Junsu. Usando su imaginación, se formó una imagen del cuerpo desnudo
de Junsu en su cabeza. Le había puesto incluso cinco barbillas y su vientre más
hinchado, como el de un Buda. Nunca había visto su pene pero suponía que era
pequeño basado en los rumores que había oído. Pensó que esto podría ser el
truco pero… Aunque pensó que normalmente no le daría a Junsu una segunda
mirada, en su mente, él imaginaba lanzándose sobre Junsu.
<<Hey,
no soy un cazador de rechonchos>>. No importaba cuántas veces lo
dijera a sí mismo, en su imaginación levantaba las piernas de Junsu e insertaba
su pene dentro del apretado culo de éste. Yunho apresuradamente se levantó y se
precipitó fuera. Fue detrás de la casa y bajó sus pantalones. Todavía
fantaseaba sobre hacerlo con Junsu y se vino dos veces. Su pene, apuntando
directamente hacia los cielos, liberándose tristemente bajo la lluvia. No tenía
principios. No era normal. Había ciertas circunstancias… Trató de calmarse y
regresar dentro. Junsu estaba profundamente dormido. Su boca estaba medio
abierta y roncaba levemente. Lucía gordo e indefenso justo como un recién
nacido. Yunho se asustó de sí mismo cuando pensó en lo lindo que se veía.
— No… No…Él no
es… Para nada—, y con todo esto no podía apartar sus ojos de él. Tampoco pudo
reprimir sus deseos. Yunho tocó nuevamente el brazo de Junsu. Era tan suave que
no podía detenerse. Los ojos de Junsu se abrieron levemente pero parecía no
darse cuenta de nada, cerrándolos nuevamente.
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Nota: Este fin de semana tengo un casamiento así que actualizaré el domingo a la tarde o noche n_n
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Nota: Este fin de semana tengo un casamiento así que actualizaré el domingo a la tarde o noche n_n
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Lo va a violar... Lo veo xD y en poco... Con el tiempo en sequia q lleva de seguro lo viola engañandolo fijo xDDDDDD lo veo lo veo!! Y con lo inocente que se ve a Junsu xD veras....
ResponderEliminarEl lobo se comerá a su ovejita XD
Eliminar"Tenía amigos que eran cazadores de rechonchos y hablaban apasionadamente de los placeres de la grasa" jajajajajaa XDDDD esto me hizo el día!!!!! ahora yunho se ve tentado por los placeres de la grasa jijijii ya va tomando buen camino... <3
ResponderEliminarLa tentación es fuerte, pobre yunnie XD mejor dicho, pobre junsu kekeke
EliminarWaaaaaa yunho se ha tentado xDDD, no es por ser malita, pero se me hace extraño imaginar a Junsu así de rechoncho, mery me adelantarias si adelgazara en walgún momento u,u
ResponderEliminarme explico siento q se ve raro eso de junsu gordo, no logro imaginarlo por ello te pregunto, aunq esta muy bueno el fic, chistoso y con bna trama, gracias por la adaptación
Es raro imaginarse a un Junsu rechoncho XD Pero no te preocupes porque apenas estamos a la mitad de la historia y por supuesto Junsu irá adelgazando de a poco ;)
Eliminaryunho pervertido por junsu obeso jajjaj a es perar por otro capitulo , gracias mery
ResponderEliminarTodo un pervertido XD
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