¡Welcome to Hosu Shipper Blog!

Como se darán cuenta he cambiado el URL ;)
Y el Blog ahora será únicamente para los fanfics, lo demás irá a la página de Facebook
https://www.facebook.com/HosuShipperBlog

En la sección [Fanfiction] arreglé la mayoría, pero aún me faltan estos:

Beautiful Dirty Rich
Cuando el Sakura Florezca
Fairies and What!?!
Love is a Force of Nature
Lust Caution
Scut Hamsters
The Reunion
The Year Without Santa

Los fics están, sólo que les costará ubicarlos.

30 ene 2014

[ADAPTACIÓN] NO TE PREOCUPES MAMÁ [CAP3]

Título: No Te Preocupes Mamá
Título Original: Don’t Worry Mama
Autora Original: Konohara Narise
Adaptación por: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Serial
Declaración: La trama no me pertenece.
Sinopsis: Si estuvieras varado en una isla desierta y pudieras elegir a la persona que te hiciera compañía, ¿a quién elegirías? Hubiera preferido ahorcar a Junsu con sus propias manos antes de seguir escuchando sus insistentes quejas pero cuando los días se convirtieron en semanas, Yunho se encontró anhelando la compañía de Junsu más que a la misma civilización.

¿Podrán ambos encontrar un amor prohibido en esta isla tropical? O, ¿podrán Yunho y Junsu vivir sus vidas en esta isla desierta con la persona que menos toleran en este mundo?
*****

Capítulo 3

La casa que Yunho había estado compartiendo con Junsu era cercana al muelle, sin embargo ahora había escogido una de las cinco casas que se encontraban a un kilómetro y medio de distancia. La escogió porque se encontraba en buenas condiciones y había un buen pozo en la parte trasera. Sentado de piernas cruzadas en medio de la habitación principal, Yunho pensó con detenimiento su situación. Cuatro días habían pasado sin que alguien viniera por ellos. Había dejado información de hacia dónde se dirigían y dónde se hospedarían en la oficina de manera que si alguien quisiera encontrarlos no tendría problemas. Quizás querían venir pero no podían. Comenzó a preocuparse. Tal vez había ocurrido algún accidente o alguien estaba herido… ¿Había sucedido algo con su familia que evitaba que éstos pudieran encontrarle? Si ese era el caso, no había manera de saber durante cuánto tiempo se encontrarían en este lugar.

Entonces un terrible pensamiento cruzó por su mente. Ese razonamiento únicamente funcionaría si se tratase de él pero Junsu también se encontraba en este lugar. Si ese cerdo era tan consentido por su madre, sin duda alguna ella no se quedaría sentada de piernas cruzadas sin hacer nada. Algo debía estar muy mal.

Si se sentaba sin hacer nada, pensaría demasiado, lo cual no era algo bueno. Él mismo lo sabía. Para combatir su nuevo sentimiento de desesperación Yunho aseó su nuevo hogar. Comenzó por separar los utensilios útiles de aquellos que no tenían ningún uso. Había registrado las casas vecinas y juntado algunos utensilios para comer: una tetera, ollas y candelas. También había encontrado un foguero e incluso un costal de carbón para usarlo. Había visto un foguero hacía tiempo en casa de su abuelo en el campo y sabía que podía ser usado en lugar de una estufa. Fue difícil aprender a manejarlo, sin embargo, era mucho más sencillo que intentar construir un horno a base de rocas como lo había aprendido a hacer en el campamento de verano años atrás.

El asear mantuvo su mente alejada de todo lo que podía salir mal, sin embargo, se detuvo al pensar que un bote podía estar llegando y él estaría perdiendo el tiempo. Lo pensó por un momento pero luego se percató de lo cómodo que sería si todo se encontraba en orden en el caso de tener que esperar una semana, así que continuó con la limpieza. Abrió una de las ventanas y dejó entrar el aire fresco. Sacudió las alfombrillas empolvadas con un limpiador igual de sucio mientras pensaba lo sencillo que eran las cosas ahora que se encontraba solo. Cuando estaba con Junsu constantemente debía prestándole atención… y tolerar sus malos tratos. Era como si un gran peso hubiese sido levantado de sus hombros.

La casa que Yunho escogió se encontraba en una colina viendo hacia el sur así que podía ver el muelle y el océano desde su porche. De igual manera, tenía que ir a buscar comida, por lo que no podía estar observando el mar todo el día. Yunho tomó una de las sábanas que había encontrado en una de las casas de al lado y la utilizó para escribir con carbón “SOS” sobre ella, en caso de que algún bote que estuviera pasando por ahí tuviera una razón para mirar a la costa. En la tarde, antes de que la neblina se acumulara, se dirigió al campo que había encontrado antes y recogió más zanahorias. Vio a sus alrededores para ver si encontraba algo más y fue premiado cuando encontró papas. Las papas bien calientes fueron una deliciosa adición a su actual dieta. Estaba lleno y al anochecer naturalmente tenia sueño. Se enrolló en el futón, el cual había aireado durante el día y cerró los ojos. Planeó hervir agua de mar al día siguiente para hacer sal, ya que con ella la comida sabría mucho mejor.

Yunho dio un gran bostezo. El haberse separado de Junsu era lo mejor que pudo haberle pasado desde que había llegado a este lugar. Debió haberlo hecho antes y se burló de sí mismo por haber tolerado a su jefe por el largo tiempo en que lo había hecho.

**

A la mañana siguiente antes del amanecer, Yunho se dirigió al muelle. Al llegar allí colgó la bandera con el mensaje que realizó el día anterior en uno de los postes viejos de alumbrado. En su camino de regreso observó hacia donde se encontraba la casa de Junsu pero no notó ningún sonido o movimiento. Pasó el resto de la mañana en el porche observando hacia las olas. Alrededor de las nueve de la mañana observó una enorme figura sentada en el porche, era Junsu comenzando sus observaciones diarias. El cielo era azul claro, las aves cantaban y el océano se encontraba calmado pero no había ni un solo bote en el horizonte.

Yunho se sintió hambriento en la tarde así que se dirigió hacia el campo. Mientras escarbaba papas escuchó un sonido y al volver a ver se percató que era un conejo. Esa noche, reparó el agujero en la jaula de bambú que había encontrado e ignorado con anterioridad. Era tan vieja que se preguntaba si funcionaría pero fue capaz de atrapar un conejo con ella. No desperdició ni un minuto en rostizarlo sobre el fuego. Aun sin especias, esta era la primera vez que comía carne en mucho tiempo y nada le supo mejor que eso. Mientras comía, el rostro de Junsu apareció en su mente y se preguntó qué podría estar comiendo éste. En vista de sus recientes dificultades, se dijo a sí mismo que no debía pensar en ello y que sería mejor endurecer su corazón.

Varios días pasaron. Se dedicaba a observar si aparecían botes por las mañanas y a buscar comida por las tardes. No le tomó mucho tiempo a Yunho el desarrollar una rutina. Se percató que el comer los conejos después de atraparlos no era la mejor opción, lo mejor era conservarlos un tiempo y alimentarlos hasta que necesitara la comida. Utilizaba una jaula que encontró en otra de las casas para conservarlos. Aún había bastantes zanahorias y patatas en el amplio campo así que la comida era abundante. En tanto se percató que ya no tenía que preocuparse por la comida las cosas se hicieron más sencillas y únicamente era cuestión de esperar.

En el séptimo día después de haber sido abandonados, Yunho hizo su típica comida de zanahorias y papas. Luego, con mapa en mano, escaló hasta el punto más alto de la isla. La colina no era tan alta y la caminata tomaba apenas una hora. Desde este punto tan elevado, podía observar una mayor extensión del mar. El viento era poderoso y quitó el cabello de su rostro mientras observaba el agua que parecía extenderse por siempre. Pensó en construir una balsa para intentar escapar de la isla pero recordó la plática de los pescadores acerca de lo cambiante de las corrientes marítimas en esta área tan peligrosa. En vez de arriesgarse, lo mejor era esperar a que alguien viniera por ellos.

—Me pregunto por qué no ha venido nadie…—,no quería hablar en voz alta pero las palabras escaparon de su boca. Se percató que se había estado hablando a sí mismo más y más en los últimos días. ¿Por qué no lo estaban buscando? ¿Por qué no habían llegado? ¿Qué les impedía llegar a este lugar? ¿Acaso su familia no estaba preocupada por él? Yunho sacudió su cabeza y se sintió bastante desolado. Se recordó el tener una actitud positiva y se dirigió colina abajo.

Pasó por el muelle en su camino de regreso pero Junsu no se encontraba allí. Observó a través del jardín hacia la casa, pero no vio a nadie. Junsu tenía agua y si se quedaba sin comida por unos días, tenía la suficiente grasa acumulada en su enorme cuerpo. No había forma que muriera con facilidad. Probablemente solo se había cansado de observar.

Al regresar a casa, Yunho se preparó sopa con un conejo que había atrapado y le agregó zanahorias y papas. En esta oportunidad lo condimentó con sal. Sin embargo, en el momento en el que se metió una cucharada de sopa a la boca, recordó a Junsu. Comenzó a preocuparse al pensar si Junsu tenía algo para comer pero luego recordó cómo había destrozado la zanahoria con su pie y se regañó a sí mismo por preocuparse por alguien que no lo merecía.

Esa noche, tuvo problemas para dormir. Su mente navegaba entre pensamientos de por qué no los habían venido a rescatar y cuándo llegarían los rescatistas. La soledad y quietud de los alrededores únicamente avivaba las llamas de sus pensamientos. Incertidumbre mezclada con soledad y aún cuando había hecho bastante ejercicio con la escalada, no podía dormir.

**

La primera cosa que Yunho hacia cada mañana cuando despertaba era hacer una marca en uno de los pilares. Hoy había hecho su octava marca ya que se encontraba en ese lugar desde hacía ocho días. Continuó con su rutina matutina lavándose la cara y preguntándose qué haría el día de hoy. Tenía almacenadas zanahorias y papas y también conservaba un conejo que había atrapado. Incluso tenia sobras de la sopa del día anterior, suficiente para no tener que ir a buscar comida por algunos días.

—Supongo que comenzaré por comer—, nuevamente habló en voz recia mientras comenzaba una fogata en el foguero. Calentó las sobras de la sopa y las vertió en un tazón que había rescatado de la casa de al lado—. Está buena—, no había nadie que le contestara. Ésta era probablemente la mayor cantidad de tiempo que había pasado sin tener alguien con quien hablar—. Me pregunto si ha comido algo—, Yunho suspiró.

Había comido todo lo de su tazón pero aún había una ración más en la olla. La culpabilidad se lo comía de la misma forma que él había comido su comida.

Observó la olla de sopa.

—No lo he visto desde ayer.

Nuevamente dudaba que Junsu estuviera muerto pero Yunho se preocupó más aún después de pensar en ello. En algún momento, había considerado seriamente asesinar al hombre pero si Junsu realmente muriera, jamás sería capaz de perdonarse a sí mismo. No cuando tenía comida y no la había compartido. Pero la verdad era que quería hablar con alguien y no le importaba con quien. Podía ir y decirle “hola”, y regalarle un poco de sopa, soportar los malos tratos y regresar.

Al llegar a la casa de Junsu, un kilómetro y medio hacia abajo por la costa, el lugar estaba demasiado tranquilo. Estaba seguro de que Junsu se encontraba en la casa porque había llegado al muelle pero pudo haber ido en busca de comida. Por otro lado, si no se encontraba, no se encontraba. Yunho tocó la puerta.

—¿Hola?

No hubo respuesta, Yunho se dio la vuelta pensando que Junsu había salido, cuando escuchó un gemido desde dentro. Abrió la puerta para revisar el interior.

El cuarto estaba oscuro, incluso a pesar de ser de día. Había algo rodando en el futón y gruñendo. Junsu estaba recostado sobre su estómago únicamente con la cabeza en dirección a Yunho. Su rostro estaba blanco y sus labios también estaban pálidos. En el momento en que Junsu observó a Yunho, sus ojos rojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar desconsoladamente.

—¿Qué sucedió?—, Yunho se apresuró hacia él. El rostro del cerdo se encontraba cubierto por lágrimas y mucosidad y sus palabras eran temblorosas mientras atravesaban sus pálidos labios.

—Mi estómago… No deja de doler. Tengo diarrea— , una lágrima cayó sobre la mano de Yunho—. Duele demasiado…

Se encontraba hecho una bolita, aún cuando era un hombre grande, temblaba como un pequeño animal. Al ver algo tan deplorable, Yunho no pudo evitar el sentirse culpable por no haber llegado antes. Hubiera podido hacer algo para calmar su dolor.

—¿Qué has hecho? ¿Bebiste mucha agua? ¿O… comiste algo que te hizo mal?

—Tenía tanta hambre… Comí…

—No te escucho. ¿Qué comiste?

—Comí grama y mi estómago…

Yunho estaba sorprendido al escuchar la palabra “grama”. ¿Había comido pasto?

—Tenía tanta hambre que no pude detenerme…—, Junsu lloró con sentimiento. Mientras Yunho se encontraba disfrutando su conejo, el hombre que había destrozado una zanahoria al rehusarse a comerla había sido forzado a comer grama del jardín. Y ahora, se encontraba aquí parado frente al hombre que había caído tan bajo por el hambre. Fue en esos momentos cuando recordó los pocos suministros que el equipo había llevado para el viaje, algunos productos de la compañía incluidos.

—¡Espera! ¡Cierto!. Tengo algo. ¿Recuerdas esos botiquines portátiles que la empresa creó y no se vendieron bien? Creo que había medicina para el estómago. Iré por ella.

Sin embargo cuando estaba a punto de irse Junsu lo tomó por la muñeca derecha.

—No… No te vayas.

Yunho se detuvo al ver el rostro enfebrecido de Junsu.

—Solo voy a ir a conseguir la medicina.

Junsu movió salvajemente su cabeza.

—No, seguramente no volverás. Si no me ayudas, moriré solo en este lugar abandonado… No quiero que eso pase.

—No dejaré que te mueras.

Pero el agarre de Junsu sólo se hizo más fuerte.

—Pero tú me odias. Me odias lo suficiente como para golpearme—, Junsu comenzaba a gritar nuevamente —. No quiero estar solo. Ya no más. No quiero morir aquí.

Yunho entendía su miedo. Incluso si estuviera solo y se encontrara bien. Pero no importaba las veces que tratara de asegurarle a Junsu las cosas, el hombre no lo escuchaba. En lugar de tener sentimientos de simpatía, Yunho se llenó de enojo nuevamente con la actitud infantil de Junsu.

—¡Solo cállate y deja de llorar!—, cuando le gritó a Junsu, el hombre dejó de llorar inmediatamente como lo haría un niño obediente. Ahora que Yunho había destrozado su exterior sin emociones no había razón para volver atrás—. Dije que solo iré a traer medicina. Déjame ir. Si no lo haces realmente no volveré.

Junsu lo liberó de su agarre pero en forma lenta y renuente. Miraba a Yunho todo rojo y con ojos llorosos. Eso hacía a Yunho difícil el poder irse pero necesitaba la medicina si pretendía ayudar al hombre. Yunho corrió de ida y vuelta, los tres kilómetros, a toda velocidad. Cuando regresó, era evidente en la cara de Junsu el alivio que sentía. Se limpió la nariz con su mano. Tomar la medicina con el estómago vacío hizo que el estómago del hombre gordo sea más susceptible. Yunho le sugirió a Junsu tomar algo de sopa. Aunque tenía diarrea, no era suficiente para superar la extrema hambre que sentía y, cuando vio la sopa, no pudo detenerse. Parecía como si fuera a bebérsela toda de un trago. Yunho le dijo que la tomara con más calma y lo amenazó con no compartirla nuevamente si no lo hacía. Junsu obedeció y se tomó el tiempo necesario para beber el resto. Después de comer y tomar la medicina, Junsu se desplomó en el futón.

—¿Te sientes mejor?

Junsu asintió y dijo—. Sí—, igual que un niño.

—Apenas la medicina empiece a ser efecto, se detendrá la diarrea.

—De acuerdo—, Junsu respondió amablemente.

Ver a su jefe tan débil y obediente no podía reconfortar a Yunho pero pensó que tal vez Junsu podía tener un lado lindo. Una simple sacudida en la cabeza de Yunho sacó esos pensamientos fuera. Si el comer hierba le provocó diarrea, debería de chequear por la mañana a Junsu y darle algo fácil de digerir. Junsu siguió mirando a Yunho desde el futón y la fijeza de su mirada era embarazosa.

Yunho se levantó y Junsu lo copió excitado también.

—¿Te vas?—, preguntó tranquilamente.

—Solo iba al baño.

—Oh….

El hombre gordo se relajó y se dejó caer nuevamente. Cuando Yunho dejó la habitación se dio cuenta de un olor que venía de la cocina. Echó un vistazo a un pote que parecía la fuente de donde venía ese olor y encontró pequeños objetos marrones flotando en una especie de brebaje. Cuando pensó que Junsu hubiese comido eso se puso realmente triste. Volvió del baño con el corazón pesado para encontrar a Junsu sollozando pesadamente gateando sobre el futón.

—¿Qué es lo que me está pasando?¿Qué he hecho para merecerlo? Quiero a mi mami, Mamá…

Y a Yunho se le erizó la piel al escuchar esto.

—¡Sal de ahí!—, él gritó y Junsu se arrastró fuera del futón. Yunho sacudía nuevamente su dedo índice sobre la roja nariz del hombre—. Escúchame. No es normal para un hombre en sus treinta decir “mami”. Esto solo muestra cuán nene de mamá eres. Debes de parar de refugiarte en ella y ponerte en pie por tu propia cuenta. Solía preguntarme por qué eras tan irresponsable pero ahora sé el por qué. Eres completamente dependiente de tu madre. Debes tomar responsabilidad por ti mismo.

Junsu mordió su labio y agarró el futón con sus dedos gordos mientras habló—. Soy autodependiente. Tengo un salario…

Yunho golpeó con fuerza el suelo. Junsu saltó con el sonido.

—Este no es un problema monetario. Es algo que tiene que ver la psicología.

Junsu permaneció en silencio pero lo miraba como queriendo decir algo.

—Siempre he estado enfermo cuando era joven. Es por eso que mi mamá se preocupa por mí. Yo también siento que ella va demasiado lejos a veces—, al menos él reconocía su problema.

—Primero, debes volverte independiente de tu madre. No apoyarte en alguien más que en ti mismo. Aprender a controlar tus acciones. Eres mentalmente perezoso y eso debe ser el por qué de que seas tan gordo.

Pero cuando él escuchó la palabra “gordo” las expresiones de Junsu se endurecieron.

—Eres un hombre ahora pero aún engulles chocolates.

En el momento en que dijo “chocolate”, Junsu comenzó a desmoronarse. Por primera vez se dio cuenta de cuánto había herido a Yunho su comportamiento y esto hizo que se arrastrara nuevamente a la seguridad del futón.

Junsu encontró el coraje para hablar repentinamente—. Mi imagen de ti ha cambiado completamente en estos últimos días. Solía pensar que eras más agradable y simpático. No sabía que eras grosero y maleducado.

Yunho se rió cuando escuchó la confusa voz provenir del futón diciendo esas palabras.

—Este es mi verdadero yo. El pasar tiempo con un tonto estropeado como tú ha roto la fachada que tan duramente había creado—, Yunho resopló —. Entonces…¿Cómo se sintió tu primer golpe? ¿Dolió? Bien. Eso significa que no volverás a ponerte en mí contra otra vez. Esta es una situación seria. Estamos solos, obviamente abandonados y no hay razón para estar con ceremonias. Si haces algo que no me guste, golpearé algún sentido dentro de ti.

Junsu se puso pálido y colocó su cabeza aún más adentro del futón. Yunho dio una palmada en su redonda espalda mientras que reía.

—Solo estaba bromeando. No te golpearé aún cuando actúes como un idiota.

Junsu lentamente sacó su cabeza fuera del futón y chequeó la expresión de Yunho para ver qué era lo que realmente quería decir. Yunho tocó su frente con la mano extendida y el gigante rechoncho se estremeció.

—Ya no tienes fiebre. El dolor de tu estómago se calmará pronto también.

Se dio vuelta al escuchar el sonido de algo cayendo suavemente sobre el techo. En una explosión repentina había empezado a llover. Bajaba constantemente hasta oscurecer la visión del exterior. Había estado claro hacía unos minutos y la lluvia era un terrible recordatorio de cuán rápidamente podría cambiar el clima en la isla. Tenía un paraguas pero pensando que no llovería no lo había traído con él.

—Está lloviendo… Volveré a mi cabaña antes de que se haga más pesada.

Junsu se precipitó al segundo y dijo:

—¿Vas a irte y dejar a tu compañero enfermo detrás?—, movió su cabeza de un lado a otro—¿Qué pasa si repentinamente me pongo peor y muero? —, Yunho no tomó amablemente esta dramatización.

—Si estás lo suficientemente saludable como para hablar así, no hay forma de que vayas a morir.

—No, no te vayas—, el tono desesperado de Junsu hizo que Yunho hiciera una pausa pero él sabía que si no le daba una lección ese día, estarían perdidos—. Por favor… Por favor quédate—, Junsu decía en un tono solitario—. Tengo miedo de estar solo. No hay nada aquí y no hay nadie con quien hablar…

Yunho se sorprendió de escuchar a alguien que solo le dio órdenes o abusó de él en el pasado decirle “por favor”. Aunque sabía que no debía animarlo fue y tocó la lamentable figura que se encontraba ante él. Entendía su soledad. Después de todo, sólo cuidaba de Junsu porque él quería que alguien lo acompañase… Quien sea.

Afuera, la tormenta se incrementaba. Él sabía que no tendría nada para hacer cuando regresara a su propia casa. Abandonó la idea de marcharse cuando Junsu le preguntó—. ¿Te quedarás?

Él respondió—. Sí.

El estrés en el rostro de Junsu desapareció y se dejó caer en el futón. En apenas treinta minutos se durmió y su respiración era liviana como la de un gentil animal. Yunho miró la lluvia por la ventana. Ahora que Junsu estaba dormido era como si estuviera solo nuevamente. Pero aún así, había alguien ahí con él, entonces técnicamente no estaba solo. Ese pensamiento lo animó aún si esa compañía era alguien que lo odiaba. Repentinamente, él tembló. Hacía un poco de frío. Cerró la puerta y la ventana pero eso hizo que la habitación estuviera terriblemente oscura. Se dejó caer sobre las alfombrillas. Solo estaba el sonido de la lluvia cayendo. Pensó que debía ser la primera vez que escuchaba la lluvia con tanta tranquilidad. Enroscó su cuerpo y su espalda comenzó a dolerle. Fue al armario para tomar el futón que había usado antes pero no estaba ahí. Todos los futones habían desaparecido excepto el que Junsu estaba usando.

—¿Qué habrá hecho con ellos…?—, el sonido de la voz de Yunho debió de despertar a Junsu porque dio vuelta su cabeza—. ¿Qué le pasó a todos los futones?

—Los saqué afuera para solearlos—, respondió Junsu como si hablara en sueños.

Yunho trató de imaginar cuán mal debían de haber estado para que ese cerdo lamentable hiciera eso. ¿Habría vomitado sobre ellos o algo parecido? Pensó que era mejor no pedir detalles al respecto.

—¿Quieres un futón?

—Me gustaría uno pero puedo dormir sobre el suelo si debo hacerlo.

Incluso después de finalizar, Junsu tiró de su propio futón.

—Puedes tener este.

—Entonces no tendrás dónde dormir.

—No lo necesito.

Era una magnífica oferta de un hombre quien unos días atrás no podía dar una pieza de chocolate. Estaba dispuesto a ir tan lejos con tal de cerciorarse de que Yunho no se fuera. Aún así, Yunho no era de esa manera. No podía tomar el futón de alguien que se sentía tan mal.

—Estoy bien. Tómalo.

—No, tú.

Ninguno de los dos retrocedería. Medio en broma, Yunho sugirió—. Está bien, entonces durmamos juntos.

—Está bien por mí—, sin pausa, Junsu volvió al futón pero se colocó a un lado de éste. La mitad vacía destacaba de una manera extraña. Yunho había sido el que sugirió esto y no se vería bien si se rehusara ahora. Se colocó al lado de Junsu pero se sentía incómodo. Si Junsu supiera que él era gay, ¿lo habría invitado tan fácilmente? Yunho pensaba que no. Eso no lo ayudaba en nada pero solo lo aliviaba el hecho de que Junsu era una bestia de 100 kilos. A él le gustaban los hombres delgados, jóvenes y apuestos y Junsu era exactamente el opuesto a esto. Si él fuera de una talla más normal y tuviera una mejor personalidad, Yunho tal vez estuviera tentado a quebrar su período de forzado celibato. Él pensó en los hombres con los que soñaba… Incluso para pasar solo una noche. Cada uno de ellos era delgado y todos tenían cara juvenil. Tenía amigos que eran cazadores de rechonchos y hablaban apasionadamente de los placeres de la grasa pero Yunho nunca pudo entender esa atracción.

Yunho respiró profundamente. Había un acre y dulce olor que hacía que su corazón saltase. Era como si pareciera el dulce olor de un niño. Respiró más profundamente, esperando tomar mejor el aroma. Trató de detenerse, reprendiéndose de que era el olor de Junsu el que estaba oliendo pero él no podía negar la extraña atracción. Luego él comenzó a darse cuenta de pequeñas cosas, algo cálido en su espalda que se presionaba contra él nuevamente. No quería estar tan cerca pero era lo más lejos que podía estar del gran cuerpo de Junsu sin caerse completamente del futón.

A pesar de su nefasta situación, esto no ayudaba pero pensaba que el daño causado a su relación no sería fácil de reparar. Notó que la respiración de Junsu se tornó regular. Entonces, se levantó suavemente y observó directamente el rostro de Junsu dormido. Cuanto más pensaba en ello, más sentía que sería capaz de calmar la ira que Junsu le había causado. Su rostro no estaba para nada mal. Era el justo juicio que hacía en su mente. No, no. Tiene una cuádruple barbilla. Había cuatro de ellas… ¡Cuatro! Pero si perdiera peso, podría verse muy bien. Sin poder suprimir su curiosidad, Yunho tocó uno de los pliegues de la barbilla de Junsu con su dedo. Junsu abrió sus ojos como platos.

—¿Qué?

—Ah…Emh… Había algo…—, a toda prisa retiró su dedo.

—Estoy cansado porque he tenido que ir al baño muchas veces la noche pasada—, sus ojos semicerrados mostraron su descontento cuando volteó su cabeza.

Yunho frotó su dedo. La piel de Junsu era muy, muy suave. Le gustaba eso. Se preguntaba si sólo su barbilla era de esa forma o si todo su cuerpo era así. Se oyó a si mismo tragar saliva.

Yunho se recostó otra vez y fingiendo moverse tocó el brazo de Junsu. Aunque la piel era blanca lechosa, su gordo brazo se asemejaba a un jamón sin hueso. No obstante, era suave y parecía como una almohada para su dedo. Yunho había tenido sexo con muchos hombres pero esa era la primera vez que tocaba una piel que se sintiera tan bien. Si todo su cuerpo estaba cubierto por una piel como esa… Tragó saliva nuevamente. Se preguntaba cómo se sentiría sostener un cuerpo así, desnudo.

Su cabeza estaba llena de pensamientos peligrosos. ¿No era insano? ¿Quién creía que era este hombre? Era Kim Junsu. El obeso monstruo de Kim Junsu. ¿Cómo podía incluso pensar siquiera en codiciarlo? Yunho puso su cabeza entre sus manos. Su dignidad estaba en juego. Purgó estos pensamientos, incluso haciendo menos deseable a Junsu. Usando su imaginación, se formó una imagen del cuerpo desnudo de Junsu en su cabeza. Le había puesto incluso cinco barbillas y su vientre más hinchado, como el de un Buda. Nunca había visto su pene pero suponía que era pequeño basado en los rumores que había oído. Pensó que esto podría ser el truco pero… Aunque pensó que normalmente no le daría a Junsu una segunda mirada, en su mente, él imaginaba lanzándose sobre Junsu.

<<Hey, no soy un cazador de rechonchos>>. No importaba cuántas veces lo dijera a sí mismo, en su imaginación levantaba las piernas de Junsu e insertaba su pene dentro del apretado culo de éste. Yunho apresuradamente se levantó y se precipitó fuera. Fue detrás de la casa y bajó sus pantalones. Todavía fantaseaba sobre hacerlo con Junsu y se vino dos veces. Su pene, apuntando directamente hacia los cielos, liberándose tristemente bajo la lluvia. No tenía principios. No era normal. Había ciertas circunstancias… Trató de calmarse y regresar dentro. Junsu estaba profundamente dormido. Su boca estaba medio abierta y roncaba levemente. Lucía gordo e indefenso justo como un recién nacido. Yunho se asustó de sí mismo cuando pensó en lo lindo que se veía.

— No… No…Él no es… Para nada—, y con todo esto no podía apartar sus ojos de él. Tampoco pudo reprimir sus deseos. Yunho tocó nuevamente el brazo de Junsu. Era tan suave que no podía detenerse. Los ojos de Junsu se abrieron levemente pero parecía no darse cuenta de nada, cerrándolos nuevamente.


**
Nota: Este fin de semana tengo un casamiento así que actualizaré el domingo a la tarde o noche n_n


<< Anterior | Siguiente >>

8 comentarios:

  1. Lo va a violar... Lo veo xD y en poco... Con el tiempo en sequia q lleva de seguro lo viola engañandolo fijo xDDDDDD lo veo lo veo!! Y con lo inocente que se ve a Junsu xD veras....

    ResponderEliminar
  2. "Tenía amigos que eran cazadores de rechonchos y hablaban apasionadamente de los placeres de la grasa" jajajajajaa XDDDD esto me hizo el día!!!!! ahora yunho se ve tentado por los placeres de la grasa jijijii ya va tomando buen camino... <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La tentación es fuerte, pobre yunnie XD mejor dicho, pobre junsu kekeke

      Eliminar
  3. Waaaaaa yunho se ha tentado xDDD, no es por ser malita, pero se me hace extraño imaginar a Junsu así de rechoncho, mery me adelantarias si adelgazara en walgún momento u,u
    me explico siento q se ve raro eso de junsu gordo, no logro imaginarlo por ello te pregunto, aunq esta muy bueno el fic, chistoso y con bna trama, gracias por la adaptación

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es raro imaginarse a un Junsu rechoncho XD Pero no te preocupes porque apenas estamos a la mitad de la historia y por supuesto Junsu irá adelgazando de a poco ;)

      Eliminar
  4. yunho pervertido por junsu obeso jajjaj a es perar por otro capitulo , gracias mery

    ResponderEliminar