Título Original: Don’t Worry Mama
Autora Original: Konohara Narise
Adaptación por: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Serial
Declaración: La trama no me pertenece.
Sinopsis: Si estuvieras varado en una isla desierta y pudieras elegir a la persona que te hiciera compañía, ¿a quién elegirías? Hubiera preferido ahorcar a Junsu con sus propias manos antes de seguir escuchando sus insistentes quejas pero cuando los días se convirtieron en semanas, Yunho se encontró anhelando la compañía de Junsu más que a la misma civilización.
¿Podrán ambos encontrar un amor prohibido en esta isla tropical? O, ¿podrán Yunho y Junsu vivir sus vidas en esta isla desierta con la persona que menos toleran en este mundo?
*****
Capítulo 4
La lluvia se detuvo más adelante por la tarde y mientras Junsu dormía, Yunho regresó a su propia casa. Cuando regresó a la mañana siguiente, Junsu estaba levantado y dando vueltas. Estaba sonriendo y dijo que su estómago ya no le dolía, parecía que la medicina había funcionado muy bien. Yunho trajo papas cocidas al vapor haciendo que salieran chispas de los ojos de Junsu. Él las comió como si fuera el alimento más delicioso del mundo y su placer infantil provocó una sonrisa en el rostro de Yunho. Se encontró a si mismo mirando a Junsu pero luego se sintió incómodo cuando comenzó a darse cuenta de ese hecho. Cuando él hubo finalizado de comer, Junsu se colocó como un gato saciado.
—Junsu—, el
“Sr.” había sido dejado de lado.
—¿Qué pasa?—,
el gran hombre no se levantó pero giró su cabeza.
—Ya ha pasado
una semana desde que nos han dejado aquí. Al principio pensamos que alguien
vendría pero eso no ha pasado, no sabemos por qué. Así que debemos hacer
nuestro mejor esfuerzo para pasarla lo mejor posible antes de que alguien
venga.
Junsu se
levantó y asintió con una expresión seria. Entonces Yunho dijo—. No queremos
que te enfermes nuevamente. Estas son circunstancias inusuales y si vamos a
vivir juntos debemos ayudarnos el uno al otro.
—Estoy de
acuerdo—, la respuesta fue rápida y positiva, un cambio que hizo que Yunho
hiciera una pausa. Aclaró su garganta y continuó.
—Si vamos a
vivir juntos deberíamos de dividir las tareas domésticas. Yo buscaré comida y
cuando esté fuera tú puedes cocinar y limpiar aquí.
—¿Quieres que
yo cocine?—, los ojos de Junsu se redujeron y su frente se arrugó—. Mamá
siempre dice que los hombres no pertenecen a la cocina.
—De acuerdo.
Entonces tú puedes buscar comida. Por mi está bien.
Junsu sacudió
su cabeza. Incluso él sabía que no estaba hecho para esa tarea. Ahora llegaba
la parte importante. Yunho puso sus manos sobre sus caderas.
—Desde ahora
seré el líder.
Junsu fue
tomado por sorpresa y frunció el ceño.
—¿Estás
diciendo que debo seguir tus órdenes?
Yunho sonrió.
—No soy tú, por
lo que no podría decir nada que no tuviera sentido. Si no te gusta esto, no
podré vivir contigo. Nos separaremos y cada uno cuidará de sus propias
necesidades como lo hemos hecho.
Junsu podría
rehusarse fuertemente pero él no tenía las habilidades para hacerlo por su
propia cuenta.
Este era el
comienzo de su segundo intento de vivir juntos y procuraron que fuera un buen comienzo. Una
vez que Yunho afirmó su dominio, Junsu mostró poca resistencia. Ellos
decidieron que vivirían en la casa que Yunho había estado usando ya que estaba
en mejores condiciones. Una vez que decidieron las tareas domésticas que harían
cada uno, Junsu trabajó duramente. No estaba contento con el prospecto de
cocinar -nunca había tomado un cuchillo antes- pero una vez que lo hizo,
encontró que era bueno en ello. Aprendió a usar sal y hiervas para dar sabor e
incluso tenía talento para arreglar comida de forma apetitosa sobre un plato.
Tenía un mal hábito de comer entre comidas pero Yunho pretendió no darse cuenta
porque no quería parecer que insistía sobre ello.
Una vez que se
acostumbraron a la vida en la isla, las noches se volvieron tediosas.
Encontraron velas y permanecían despiertos hasta tarde. Pero sin televisión y
radio las noches parecían demasiado largas. Entonces Junsu encontró una pila de
cartas en la casa. Ellos jugaban cartas para pasar el rato y cuando estaban
cansados hablaban.
—Papá murió en
un accidente de auto cuando yo era joven. Es por ello que mi mamá nunca me
permitió sacar la licencia. No me importaba empezar a manejarme a cuestas de
otros pero algunas veces me gustaría hacerlo por mí mismo—, Junsu ya no actuaba
como su jefe sino más bien como un colegial ingenuo.
—Eso es lo que
dice tu madre. Si quieres una licencia entonces deberías obtener una.
Incluso si tu padre murió en un accidente eso no significa que tú también lo
hagas. Si sigues las reglas de seguridad y no conduces rápido no deberías estar
envuelto en un accidente.
Junsu no podía
ocultar su placer.
—¿En serio?
Siempre he querido manejar pero ella nunca me dejó. Cuando regresemos le diré
que quiero obtener una licencia de conducir.
—No necesitas
el permiso de ella. Puedes obtener una si lo quieres. Eres un adulto. Puedes
tomar tus propias decisiones.
Junsu miró hacia
un lado y permaneció en silencio.
—Piensa en
ello. Los padres usualmente mueren antes que sus hijos. Si tu madre muriese y
tú no pudieras tomar decisiones, ¿qué es lo que harías?
—¡No hables de
esa manera!—, Junsu frunció sus labios y se dio la vuelta. Él siempre hacia eso
cuando no le gustaba algo. No era bueno tratar de hablar en ese momento con
alguien con ese tipo de hábito. Si Yunho lo dejaba ser, el humor de Junsu
seguramente mejoraría por la mañana.
—Tú pareces
mucho más maduro que yo, incluso siendo más joven. Eso me hace enojar—, dijo
Junsu.
—Soy normal. Es
como tú has dicho: un niño de mamá.
—Incluso en la
escuela o en la universidad nunca he tomado mis propias decisiones. Siempre he
hecho lo que mamá me ha pedido. Pero todo funcionó. Mamá incluso fue la que decidió
que debía conseguir un trabajo con nuestra compañía—, cuanto más hablaba el
hombre, más confirmaba su dependencia de su madre.
—¿No has tenido
sueños acerca de lo que querías ser cuando crecieras?
Junsu no
respondió en ese momento y parecía reacio a decir algo. Su única vela parpadeó por una gota de humedad.
—Me gusta el
vino…, y hubo un tiempo en el que quise ser un sommelier (*). Le dije a mi mamá pero
ella me dijo que debía olvidarme de un trabajo tan inestable como ese.
—Ese es un mal
golpe. Incluso si tu madre lo objetaba, deberías de haber seguido adelante con
tu sueño. Realmente no te agrada tu actual trabajo, ¿no es así?
Junsu quedó shockeado
cuando fue confrontado a la dura realidad.
—La gente puede
decir apenas trabajando contigo que tu corazón no se encuentra en ese trabajo.
Es por eso que a nadie le agradas.
—¿A nadie…?—, Junsu
estaba obviamente herido y tal vez un poco aturdido.
Yunho dudó. Él
no sabía si decirle a Junsu lo que los otros decían acerca de él. No quería
lastimarlo más pero podría ser constructivo…
—A mucha gente
no le agradas. ¿No sabes por qué?
—¿Por qué soy
gordo?
Yunho sonrió a
continuación pensando que debía dar una mejor explicación.
—Eso es solo
secundario. Nunca te disculpas cuando cometes un error, sin embargo, cuando
alguien comete un error tú lo regañas. Eres el típico ejemplo de alguien que es
muy blando consigo mismo pero muy duro con los demás. Nadie quiere tener un
jefe así.
Solo estaban
ellos dos. Junsu no tenía donde huir, aun cuando quisiera hacerlo. Él miró
fijamente el suelo y mordió su labio.
—Tal vez si
fueras bueno en tu trabajo, si pusieras todo tu empeño en ello, habrían
personas que quisieran seguirte. Si no haces esto no conseguirás que te
respeten. Así son las cosas. Pero tienes esta oportunidad para cambiar.
Recuerda la regla de oro: no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.
Antes de hablar, piensa en cómo afectarán tus palabras a los otros. Si haces
esto, tu reputación mejorará seguramente.
Algo cayó en el
suelo. Junsu parecía estar sumergido en sus pensamientos. Yunho debió haber tocado
algún nervio en él. Junsu no era inconsciente de sus problemas y cuando fueron
señalados tan claramente, se sintió con pesar y las lágrimas brotaron.
—Tal vez mis
palabras fueron demasiado rudas. Lo lamento.
—¿Qué te
importa a ti? Soy mayor que tú—, sollozaba Junsu. Sus lágrimas eran
incontrolables mientras limpiaba su nariz con la manga.
—Puede
lastimarte lo dicho pero no actúes como si fueras mayor que yo. Pareces más
como un hermano menor.
Yunho pasó su
mano sobre la cabeza de Junsu aun pensando que se sentía extraño el hacerlo.
Después de acariciar su pelo gentilmente por un par de minutos tocó la barbilla
de Junsu. La piel era suave y se sentía bien y la frotó como si fuera la
barbilla de un gato. La mirada en los ojos de Junsu le decía que estaba
incómodo, entonces alejó sus dedos de él con una sacudida y rió entre dientes.
—No tienes
mucha barba. Apenas tienes algún pelo—, era la única excusa que se le vino a la
mente para justificar el haberlo tocado. Junsu se tocó su propia barbilla.
—No hay nada de
barba aquí. Sin embargo, definitivamente tú tienes una barba.
—Eso es porque
no me he afeitado en 10 días.
Yunho llevó su
mano a su descuidada barba. Incluso su aspereza lo lastimaba pero no había
mucho que él pudiera hacer. No habían encontrado nada que se asemejara a una
maquinita de afeitar.
—Siempre he
querido una barba desarreglada como esa. No tengo mucho vello en mi cuerpo y me
pone triste cuando me veo desnudo. Lo que realmente quisiera tener es una buena
extensión de vello sobre mi pecho o en mis piernas.
Cuando Yunho lo
escuchó decir que no tenía mucho vello se preguntó si tenía algo en su parte
íntima. Él imaginaba suaves penachos similares al cabello de su cabeza, finos y delicados, parecidos al de un gato y se encontró a si mismo excitado.
—Um… ¿Vamos a
la cama? No debemos desperdiciar la vela.
Junsu asintió,
entonces ellos apagaron la vela y se acostaron en el futón. Yunho rezaba para
que su bote viniera pronto. Esto se estaba poniendo demasiado peligroso. Y,
¿qué estaba en peligro? Pues…, la virginidad de Junsu.
**
Jung Yoochun
viajaba por el puerto de Hamamatsu buscando a su hermano quien había estado
desaparecido por dos semanas. Acompañado por la Sra. Kim, la madre del jefe de
su hermano. Dos semanas atrás, la compañía de su hermano había quebrado. Poco
después, Yoochun, quien se había mudado de su casa después de haberse casado y
ahora vivía con su esposa embarazada, recibió la llamada de sus padres diciendo
que Yunho no había regresado a la casa y de eso hacía ya 5 días. Yunho
frecuentemente viajaba por negocios y no era poco común para él estar fuera por
dos o tres días sin decir algo. En este caso les había mencionado sobre el
viaje pero no dijo dónde se iba. Yoochun trató de comunicarse con su compañía
pero nadie habló con él. Incluso fue en persona. Una mujer de la compañía le
dijo que el viaje había sido a “Okinawa”. Yoochun tomó tiempo libre de su
trabajo y voló a Okinawa pero no encontró señales de su hermano ahí. Esto lo
convenció de que debía realizar un reporte de persona perdida a la policía lo
más pronto posible.
A su regreso
del fallido viaje, conoció a la Sra. Kim. Ella también había ido a Okinawa para
buscar a su hijo pero también volvió sin tener pistas sobre su paradero. En la
desesperación ella decidió visitar la casa de la persona con la que su hijo
había realizado el viaje. Yoochun no sabía que el jefe de Yunho estaba
desaparecido también. Su jefe “hombre”, notó. Tenía un fuerte sentimiento
acerca de ello. Tal vez sus padres tuvieran el mismo pensamiento porque cuando
sus ojos se encontraron pudo ver la preocupación en ellos. Quiso preguntarle a
la madre de Junsu si su hijo era gay y si había alguna chance de que hubieran
huido juntos. Pero no pudo encontrar las palabras para decirlo mientras ella
lloraba en su pañuelo. Comparando sus historias, ellos determinaron que no
había forma de que hubieran ido a Okinawa, entonces Yoochun volvió a la
compañía de su hermano nuevamente. Muchos del personal habían sido despedidos
el mismo día que la bancarrota fue anunciada y el edificio estaba bastante
vacío. Yoochun buscó en una pila de papeles sobre el viaje de su hermano y
descubrió que el viaje a Okinawa había sido hacía un año. En esta oportunidad
había ido a la isla Fuchi para buscar hierbas.
Yoochun viajó a
Hamamatsu con la Sra. Kim donde ellos conocieron a un pescador en sus
cincuentas que supuestamente había llevado a los dos hombres a la isla. Ellos
hablaron con el hombre cuando éste regresó de su día de pesca y él les dijo que había
llevado a los dos hombres a la isla Fuchi hacía dos semanas atrás. Pensaron
que finalmente habían encontrado la raíz del misterio pero se decepcionaron al
encontrar que ese hombre solo los había llevado allí; otro los recogería. Ahora
ellos debían encontrar al otro pescador. Consultaron al gremio de pescadores y
preguntaron el nombre y dirección de quien se suponía iría a recogerlos. Fueron a la casa de éste
inmediatamente pero algo no estaba bien. Había una señal de luto en la puerta.
Miraron a escondidas y fueron llevados adentro por dos mujeres de
mediana edad. Allí vieron un altar budista nuevo y una foto en blanco y negro
del difunto, Genzo Ikerohata, mirando fijamente hacia ellos. Una de las mujeres,
la hija del difunto, llevó un dedo a sus ojos.
—Fue hace cinco
días atrás. Volvió del día de pesca, se recostó y nunca despertó. El doctor
dijo que fue sin dolor.
Yoochun estaba
en shock pero ellos no podían irse aún, incluso pensando que Genzo no podía
responderles sus preguntas. Él tenía que ver si ellos podrían obtener alguna
información.
—Entonces,
¿sabe si Genzo fue a la isla a recoger a dos empleados de la compañía
farmacéutica coreana hace dos semanas? —, preguntó con su básico japonés.
Su hija pensó
por un segundo.
—Deben de
saberlo los del gremio. Preguntaré.
Ella llamó al
gremio de pescadores.
—La mujer
parece recordar a su hermano—, ella le entregó el teléfono a Yoochun, quien
habló con Tae Yoshiwara.
—Oh, la gente
de la farmacéutica. Recuerdo una llamada que decía que el barco estaba
atrasado. Llamé a Genzo por la radio y él dijo que estaban a bordo y estaban
regresando. Eso significa que ellos regresaron al puerto.
Yoochun colgó y
encontró a la madre de Junsu mirándolo expectante.
—Ella dice que
regresaron de la isla. Ahora sabemos que ellos han desaparecido después de
todo.
—Entonces, ¿dónde están?
—Um…
La hija de
Genzo tímidamente dijo.
—Acabo de
recordar que mi padre dijo una vez que ellos regresaron al puerto y que los
llevó a la estación de tren de camino a la casa de su amigo. Estoy segura que
eso fue lo que dijo.
—¿A la estación
de Hammatsu?
Ahora ellos
podían seguir el rastro hasta la estación pero después… ¿Hacia dónde? Yoochun
no podía eliminar el miedo de que ellos hubieran huido juntos. Pero lo que
ellos no sabían era que Genzo había recogido a los ornitólogos y los llevó
luego a la estación. Su hermano y su jefe aún se encontraban en la isla
desierta.
**
Ese día Yunho
se levantó en la mañana pensando en un plan. Quería tomar un baño. La casa
abandonada tenía una bañera he intentaría usarla. Era similar a una larga
caldera negra, un tipo de bañera común en el campo. Debías poner el agua y
luego encender el fuego debajo para calentarla. Yunho limpió la bañera por la
mañana y luego la llenó con agua traída desde el pozo. Colocó debajo la leña
que había estado recolectando y encendió el fuego.
En apenas una
hora el agua estaba lo suficientemente caliente. Colocando su mano dentro
encontró que el agua estaba perfecta. Estaba tan emocionado que fue hacia la
cocina y jaló a Junsu al baño sin decirle una palabra. Este último realmente se sorprendió -Yunho no le había dicho acerca de su plan- y saltó de
alegría.
—Yunho, ¡eres
impresionante!
Yunho estaba
seguro que esa sería su reacción. Ciertamente, Junsu estaba muy dejado. Podría tomar el
jabón que había encontrado y que habían estado usando cada noche para lavar
como pudieran sus manos, sus ropas y el resto de su cuerpo. Habían pasado dos
semanas pero Yunho aún se sorprendía de lo sucio que se ponía su cuerpo.
Vistiendo en ropa interior encontró a Junsu asando, sobre el fuego de una parrilla, la carne de conejo, las zanahorias y los pimientos.
—Cuidaré del
resto. ¿Por qué no tomas un baño?
Los ojos de
Junsu se iluminaron con el sonido de la palabra “baño”. El gran hombre
desapareció dentro pero después de un corto tiempo, Yunho escuchó un aullido
desde el baño. Se apresuró a ir allí para saber qué había pasado y encontró a
Junsu desnudo y enrollado como una bola sobre el piso.
—¿Qué pasó?
—Está caliente…
¡Me quemé!
Yunho introdujo
una mano en el agua pero encontró que la temperatura estaba perfecta.
—No está
caliente.
—No es el agua.
Mis pies. Mis pies se quemaron.
Yunho entendió
cuando miró en la bañera.
Se colocaba la
leña del fuego debajo para calentar el agua, con lo cual la parte inferior de la
bañera se ponía muy caliente por ello se debía colocar un tablón de madera en
el piso para proteger los pies pero no podía ver ninguno. Yunho había tomado
unas piezas de madera de la pila que había y las había colocado en el piso de
la bañera. Junsu no había entendido por qué estaban las maderas allí con lo
cual las había sacado.
—Necesitas un
tablón en el piso. Supongo que no lo sabías cuando te metiste dentro. Lo lamento.
Yunho volvió a
colocar las maderas en el fondo de la bañera.
Junsu se
levantó lentamente y cautelosamente miró el fondo de la bañera. Era la primera
vez que Yunho se había dado cuenta que estaba con un hombre desnudo. En el
instante en que se dio cuenta de ello no pudo sacar los ojos de encima de la
blanca piel de Junsu. Incluso pensó que era gordo y arrugado pero su piel era
blanca y limpia. Su culo se veía más suave que cualquiera que haya visto antes,
Yunho tragó saliva y luego volteó su cabeza ligeramente con lo cual pudo ver el
pene de Junsu... Se sorprendió de lo que vio.
El miembro de
Junsu era tan pequeño que tenía dudas de que funcionara apropiadamente. No
estaba exagerando al decir que no era mayor que el pulgar de la mano de Yunho y que sus bolas eran tan pequeñas que se asemejaban a huevos de codorniz. Había
escuchado rumores que Junsu tenía un pene pequeño pero nunca imaginó que era
tan pequeño. Estaría bien para un niño pero Yunho solo veía que todo el
conjunto era demasiado pequeño para un adulto. Para hacerlo incluso peor, el
mini pene de Junsu no había sido circuncidado.
Cuando Junsu se
zambulló en el agua Yunho salió de su trance. Salió fuera, se bajó los
pantalones y agarró su palpitante pene. No podía apartar de su mente el pequeño
y sin circuncidar pene y en solo tres minutos eyaculó liberando así su
urgencia. En ese momento se dio cuenta de un olor a quemado. Se había olvidado
el conejo en la parrilla.
Junsu
recolectaba el agua e iniciaba el fuego para el baño cada noche. El hecho de
que Yunho disfrutara del aroma del fresco jabón cuando se sentaba junto a Junsu
se convirtió en algo doloroso en su conciencia de que él era gay y Junsu no. El
diablo en su hombro susurró que estaban en una isla abandonada. Nadie se podría
enterar si ellos se tocaban en una isla desierta. Aun así, Junsu era
heterosexual, no era gay. No lo reconfortaba ese hecho. Él solo quería tocarlo,
acariciarlo. Como no podía sacar eso de su mente, cada noche era bombardeado
con fantasías y Yunho se encontró viviendo en un infierno de excitación y
denegación. Hubiera sido mejor si Junsu le recordase a su egoísta jefe pero
ahora Yunho lo veía gentil y lindo. Para colmo, con su forzada dieta y
ejercicios regulares, Junsu había empezado a perder un poco de peso. Yunho se
sorprendía de encontrarse pensando que su compañero era alguien encantador.
—Esto no es
bueno—, murmuró Yunho mientras tomaba su sopa de conejo.
Desde que vio
el pene de Junsu no pudo dejar de imaginarse succionándolo. Cada día, el deseo
lo tocaba, lo golpeaba, haciéndose más y más fuerte.
—¿Pasa algo
malo?—, preguntó Junsu desde el fondo de la habitación mientras tenía la boca
llena de papas. No tenía idea que era el centro de las fantasías de Yunho —. ¿Estas
preocupado de que nos quedemos sin comida?—, las palabras fueron una buena
visión de las prioridades de Junsu pero Yunho se rió y contestó que ese no era el caso. Como aliviado por la respuesta de Yunho, Junsu volvió a disfrutar de
su sopa de conejo. De vez en cuando lo demostraba relamiéndose con la lengua.
Yunho no podía apartar sus ojos de esto y cuando lo notó comenzó a tragar
saliva por debajo de su propia sopa para tratar de ocultar su comportamiento.
—Iré a caminar—,
dijo Yunho y Junsu lo miró con curiosidad.
—No hay luna
esta noche. Está oscuro.
Esto no detuvo
a Yunho, quien dijo que no iría muy lejos.
—Realmente te
gusta caminar. Sales todas las noches.
Yunho escuchó a
Junsu cuando salía y tuvo que reír. Caminando de bajada por el sendero en la
oscuridad, Yunho llegó a un campo pequeño y se agachó. Tomó su pene y lo froto
frenéticamente. Por supuesto, su mente estaba en el hombre que tomaba la sopa
atrás en la casa. Fantaseaba con violar a Junsu desde el frente, la espalda y
cualquier otra posición. No es que le gustara pasear. Si no se liberaba de su
excitación no había manera de que pudiera dormir. Ni siquiera recordaba haberse
masturbado tanto en la escuela secundaria. Cuando se dio cuenta de esto, no
podía dejar de estar avergonzado por su obsesión. Cuando volvió, la casa
estaba a oscuras. Tenían velas pero se estaban agotando por lo que sólo las
utilizaban cuando era necesario. Junsu debía estar en su futón porque podía ver
el montículo en el interior.
Yunho se metió
en su propio futón junto a él.
— ¿No te
sientes bien?
Yunho se
sorprendió al escuchar estas palabras porque pensó que Junsu estado dormido.
—Suspiraste
mucho recientemente. Si estás preocupado por algo me gustaría que hablaras de
ello. Todo lo que puedo hacer es escuchar, pero... —, Junsu nunca había
mostrado antes preocupación por los sentimientos de los demás y Yunho estaba
sorprendió de lo perceptivo que era.
A pesar de que
dijo que escucharía, Yunho no podría decirle que deseaba probar un buen bocado de él. Sabía que probablemente Junsu se
burlaría. Podían estar solos pero quería evitarlo a toda costa.
— No es
importante.
— Espero que
así sea…
La conversación
terminó ahí pero Yunho quería hablar un poco más. Podía haber preguntado acerca
de cualquier cosa pero incluso se sorprendió a sí mismo con el tema que eligió.
No podía ver el rostro de su compañero en la oscuridad y esto es probablemente
por lo que fue capaz de abordar el tema.
—¿Todavía
tienes el prepucio? Lo vi cuando te metías al baño, parecía que tu cosa
aún está cubierta con la piel.
Hubo un sonido
de movimiento causado por la molestia. Junsu comenzó a tartamudear algo y luego
se calló. El silencio era incómodo y justo cuando Yunho estaba empezando a arrepentirse
de mencionarlo, Junsu susurró—. Por favor, no le digas a nadie. Creo que estoy
fimótico (*).
Sólo estaban
ellos dos y por lo tanto no había ninguna razón para susurrar pero continuaron
su conversación en voz baja.
—¿Es
cancerígeno?
—...No lo sé,
pero ni siquiera sale cuando tengo una erección y cuando trato de forzarlo, me
duele.
—En estos días
hacen la cirugía correctiva, incluso en los niños de secundaria. ¿Has pensado
en eso?
—Mamá se aferra
a mi tarjeta del seguro. Estoy demasiado avergonzado para pedirlo de modo que
pueda hacerme la cirugía.
Su corazón estaba
gritándole que se detuviera pero Yunho no pudo contener su curiosidad. Saltó de
su futón y se acercó a Junsu.
—Déjame
intentarlo.
—¿Intentar qué?—,
la voz de Junsu ya era alta para un hombre pero esta vez fue mucho más alta.
—Tirar de la
piel. ¿No hacías esto con tus amigos en secundaria? Dame una oportunidad para
ver si puedo tirar de la piel con la mano.
— Eeh... Está
bien. En serio. Es sucio...
— Acabas de
tomar un baño. No pasa nada.
Yunho encendió
la vela que había puesto al lado de su almohada en caso de que sucediera una
emergencia. La sala se iluminó con la llama de color naranja amarillento. Junsu
no tenía intenciones de salir de su futón y siguió diciendo que no tenían que hacer
esto.
—No es nada como
para avergonzarse. Ambos somos hombres. Cuando estaba en la secundaria,
acostumbrábamos a tirar de él hacia fuera delante de otros todo el tiempo.
—¿De verdad?—,
Junsu espió desde su futón. Sus ojos mostraban su sorpresa.
—Es normal.
Cuando estás en la secundaria tienes curiosidad de cuánto mide tu pene comparado
con el de los otros. Cuando había alguien con fimosis quitábamos la piel—, Yunho era
convincente pero por supuesto estaba mintiendo. Nunca había hecho tal cosa. Él
no podía haberlo hecho. Habría tenido una erección con sólo mirar los penes de
otros.
—¿Todos lo
hacían? Así que es normal... Nunca supe que... —, había un matiz de arrepentimiento
en la voz de Junsu.
— Si me
permites retirar la piel no hay necesidad de ir al hospital. La cirugía puede
ser embarazosa para los hombres de cualquier edad.
Junsu salió del
futón y se sentó sobre sus rodillas.
—¿De verdad
crees que es una buena idea?
—Por supuesto.
Niños de secundaria lo hacen.
Eso pareció ser
todo lo debía decir. Junsu se veía convencido.
—Ok entonces..., si no te importa... ¿Podrías por favor quitarme
la piel?
Incluso
mientras celebraba su éxito la consciencia de Yunho todavía le molestaba.
—Lo has visto
alguna vez, entonces sabes cómo es pero por favor, no te rías.
Inclinándose
hacia delante, Junsu deslizo hacia abajo su ropa interior. Por la luz amarilla
de la vela, el pequeño, no circuncidado y simple pene que Yunho había visto en
el baño era visible de nuevo. A pesar de la decepción visual, los dedos de
Yunho se pusieron calientes con la excitación. Se sintió contento de haber
eyaculado tres veces antes de irse a la cama. Si no, ya estaría erecto y sin
poder moverse. Actuó lo más casual posible, pero sus manos temblaban de emoción
al tocar el pene de Junsu. Era ligero, tal vez como el de un niño y muy suave.
Era tan lindo que parecía débil. Sostenía el pene en la mano izquierda mientras
tiraba de la piel con la derecha. Aunque podía ver la punta no había indicios
de que el resto saliera.
—Es difícil
cuando está blando. Intentemos conseguir una erección.
—No... Por
favor, no—, Junsu trató de retirarse pero Yunho no le dejó.
—¿Por qué no te
acuestas sobre tu espalda y extiendes tus piernas?
Junsu se
resistió pero hizo lo que le dijo. Se acostó y abrió las piernas en una
posición que parecía estar pidiendo que Yunho lo tomara en el acto. La
entrepierna de Yunho latía aunque no debería tener nada que dar. No habló más.
Estaba en el cielo mientras sacaba y frotaba el pene de Junsu y cubría sus
bolas con las manos. Se consumía por tenerlo en la boca pero eso sería ir
demasiado lejos, así que se contuvo. El pene de Junsu respondió de inmediato a su
caricia. Era todavía pequeño pero duro y se puso erecto. Aunque la punta no
pudo atravesar la piel, la humedad empezó a salirse por ese pequeño agujero.
—Tiraré de la
piel ahora. Puede que te duela un poco.
Después de dar
este aviso, Yunho retiro fuerte de la fina piel con los dedos.
—¡Ay!
La sensible
punta empezó a temblar.
—Duele. Por favor
detente. Ya no hagamos esto.
Los dedos de
Yunho estaban cubiertos de humedad.
—Sólo un poco
más y lo conseguiremos.
—Pero es
realmente doloroso.
Yunho sostenía
las caderas de Junsu para evitar que este escape y trasladó su cuerpo entre las piernas de Junsu. Empezó a tirar aún más duro ahora que estaba seguro de que
Junsu no podía escapar o cerrar las piernas. La piel se rompió y sangró un
poco. Aun así, la punta de su pene era sólo visible en una tercera parte.
Levantó la cabeza cuando escuchó sollozos y vio que Junsu estaba llorando en
sus manos.
—Oh... Lo
siento...
No podía seguir
haciéndole daño. La sangre fluía de donde la piel se había retirado a medio
camino. Sin pensarlo, Yunho puso sus labios donde se formó una gota. Las
caderas de Junsu se sacudieron.
—Estás
sangrando. Estoy tratando de desinfectarlo...
Aunque
completamente innecesario, lo usó como una excusa para llevar el pene de Junsu
dentro de su boca. Envolvió su lengua a su alrededor y lo chupó. Aunque el pene
era pequeño en su boca, pudo sentir claramente que se endureció.
—Me duele... ¡Ay!
—, Junsu gritó más y movió sus caderas como si ponerse erecto agravara la
herida. Yunho chupó más duro y repentinamente en su boca se presentó un olor
conocido. Felizmente se tragó el semen. Era espeso y había un ligero sabor a
sangre. Cuando se dio cuenta que no sólo le había practicado sexo oral sino que se
había tragado el resultado, Yunho empezó a sudar frío. Una cosa era desnudarse
delante de los demás pero mamadas eran un poco fuera de la actividad normal.
Sin embargo, sabía que si se mostraba avergonzado, Junsu entendería lo que estaba
ocurriendo por lo que levantó la cabeza de entre las piernas de Junsu con una
expresión seria.
—No funcionó.
Cuando volvamos, debes ir a un hospital y que lo arreglen.
Junsu seguía
llorando cuando contestó— Muy bien—, su mitad inferior desnuda se relajó a la
luz de las velas cuando respiró. Incluso su gran panza, y su no circuncidado y pequeño
pene eran misteriosamente atractivos bajo la tenue luz. Mientras contemplaba la
regordeta mitad inferior de Junsu, Yunho se acordó de la pintura de mujeres
desnudas que había visto en libros de texto en la secundaria. En ese momento, se
había preguntado cómo a alguien le podrían gustar esas mujeres gordas pero
ahora él podía sentir por sí mismo cómo alguien tan redondo podía ser tan
bueno, tal vez fuera la piel suave...
Desafortunadamente,
la belleza artística se fue cuando Junsu rápidamente se cubrió la mitad
inferior con un feo par de calzoncillos.
—Me voy a
dormir—, la voz de Junsu delataba su decepción cuando se arrastró de nuevo al
futón. A pesar del dolor, no había sido capaz de retirar la piel. Yunho apagó
la vela y se metió en su propio futón pero continuó repitiendo en su cabeza la
imagen de la mitad inferior de Junsu y cómo se sacudía mientras llegaba al
orgasmo a pesar del dolor. La imagen le impidió conciliar el sueño.
<<Él
es gordo, su pene es pequeño, no está circuncidado..., y tiene la peor personalidad del mundo>>
Yunho trató de
olvidar la imagen con estas palabras, pero no funcionó. Suspiró y miró a Junsu quien ya se había quedado dormido en la oscuridad. Yunho quería desesperadamente
besar los labios a través de los cuales Junsu estaba respirando suavemente. No
había manera de evitarlo ahora, se había puesto duro.
**
(*) Sommelier: Catador de vinos.
(**) Fimótico: Estrechez del prepucio, es decir, el glande no se puede descubrir. Lo normal es que el glande pueda descubrirse para poder asearlo en estado flácido y para tener relaciones sexuales no dolorosas y placenteras. (Fuente: Wikipedia)
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(*) Sommelier: Catador de vinos.
(**) Fimótico: Estrechez del prepucio, es decir, el glande no se puede descubrir. Lo normal es que el glande pueda descubrirse para poder asearlo en estado flácido y para tener relaciones sexuales no dolorosas y placenteras. (Fuente: Wikipedia)
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yunho tan lindo a ayudando a junsu con su cuerito jajaj ¡¡¡¡ que amable ¡¡¡¡.gracias por capitulo mery
ResponderEliminarYunho es tan caritativo XD Se merece un altar hahaha Encima Junsu es tan ingenuo XDD
Eliminaruna reverencia a "Yunho el buen samaritano" que piensa antes en el prójimo que en sí mismo!! \(o.o)/ dalan dalan~~~
ResponderEliminarJunsu es muuuuuuuuuuuuuuuuy ingenuo!!!! xDDD este yunho!!! si claro... lo hacíamos en secundaria. waaaaaaa espero con ansias cuando el tigre se coma por fin a la ovejita y cuando junsu adelgace y este papi *r* tienes que compensarnos!! actua! actua! actua! rait nauuuuuu :D
Hahahha Yunho es todo un santo, tan buen hombre ayudando a su pobre compañero XDDD
EliminarGracias por leer ^^
Mira... Lo que me rei cuando el ingenuo de junsu demostraba lo ingenuo q era xD sobretodo cuando diko... Mira a te gusta caminar xD dios... Siesq era demasiada tentacion la de yunho xD bastante se aguanto a mi parecer xD seguro q pronto empieza a hablar de temas sexuales y engañar a junsu con es bueno hacer estas cosas para la salud o para divertirnos y no aburrirnos... Lo veo lo veo violado sin darse curnta en poco jajajaj
ResponderEliminarEse anonimo soy yo xD
EliminarHahahahaha La verdad que Yunho sí sabe como aprovecharse de la ingenuidad de Junsu XDDD Es capaz de decirle que si se entrega conseguirá la paz mundial y muy tarado de Junsu se lo va a creer XDD
EliminarNunca puedo comentar e ningún blog, creo que por fin me va dejar XD.
ResponderEliminarEs extraño imaginarme a Junsu regordito, pero su cara se vería hermosa jajajaja, yo creo que Yunho mas allá del físico se está dando cuenta que Junsu es mas interesante de lo que nunca penso. Se nota que Junsu no es feliz con el trabajo que tenía,( porque la empresa quebro XD) y yo creo que le daba miedo ser amable con la gente por temor a salir lastimado, ya que en este mundo parece pecado ser gordo. Me gusta que las cosas van mejorando, gracias por la adaptación, Yunho y Jae en la adaptación de Rose, son unos pervertidos(?) sin arreglo jajajajajajajajaja
Ese carácter odioso de Junsu era producto de su miedo al mundo y por ser discriminado, su madre tuvo mucho que ver u_u pero por suerte nuestro valiente y buen samaritano de Yunho apareció en su rescate :D
EliminarJajajajajajajajajaja Junsu inocentón xD me gusto el capo con un yunho tan buen smaritano jajajjaja gracias por el muevo capo
ResponderEliminarHahahaha este Yunho XD
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